54. - Capítulo IX : Un Largo Viaje

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¿Ah, sí?— Dijo la dríada arrojando una de sus espadas de hierva a su hermana. No me importará matarte a ti también, no contribuyes nada a este mundo.

Scarlet y la nigromante se acercaron a la princesa listas para pelear. Lo último que tenían estaba a disposición de ese último encuentro que tendrían. No dejarían que la dríada saliera con la suya, no estando tan cerca del ocultó templo.

Princesa, aquí es donde se acaba todo. Comentó Scarlet con sus dagas mágicas en mano.

La nigromante busco entre sus pertenencias algo que les fuera de ayuda en el combate.

Aún tengo un último artefacto que puedo utilizar, es un hechizo de onceavo nivel que está contenido dentro de esta piedra. Dijo, enseñando a sus compañeras un cristal rojo.

¡Princesa, vamos y matemos a esa maldita perra!

Aki afirmó, razón por la cual comenzó a preparar sus hechizos que utilizaría en ardua pelea.

La primordial de la vida esquivaba todos los ataques que su hermana le arrojaba. Aquello molesto mucho a la dríada debido a que veía con claridad que su hermana no empleaba la vista, razón por la cual no entendía como lograba evitar cada uno de sus proyectiles.

¡¿Que haces con los ojos cerrados?! ¡¿Es que acaso no me estas tomando en serio?! Grito la dríada.

Y a su grito su hermana respondió: 

Lo aprendí de alguien muy especial. Pero si quieres que vaya en serio, entonces te pido perdón por lo que voy a hacer.

Al abrir sus ojos, la primordial de la vida concentró todo su poder en un único objetivo, la dríada, y entonces, con un chasquido creó alrededor de su hermana un par de docenas de círculos mágicos, mismos de los cuales surgieron fuertes ráfagas de viento.

Estas ráfagas de viento concentrado cortaron la piel de la dríada cual mantequilla. Eran realmente cuchillas sigilosas y muy letales capaces de cortar armaduras no mágicas.

Pero de todos esos cortes la dríada no se preocupo, pues su cuerpo volvió a regenerarse casi al instante.

No fue una mala técnica, de hecho pudo haberte funcionado pero no fue así. Yo soy mucho más fuerte que eso.

Alzó su espada de hiervas para traer consigo un gran círculo mágico, mismo que fue apuntado hacia la primordial de la vida y fue paralizada por las raíces que se adhirieron a sus pies.

Saluda a Nofilya de mi parte.

Y antes de que la dríada pudiera conjurar su hechizo, una daga corto su columna con profundidad, interrumpiendo el proceso en breve y paralizándola por unos segundos, logrando que se arrodillara al perder la sensibilidad de sus piernas.

Entonces Scarlet Moonfall, un vampiro real, sin quitar la daga de su lugar realizó un salto por sobre la arrodillada dríada, cayendo delante de la misma para cortarle el cuello a profundidad.

Por unos segundos vio la sangre desprenderse alocadamente, pero la dríada volvió a regenerarse de esos ataques, y esa sangre regresó a su cuerpo, como si nada hubiese pasado.

¡Maldita sea! Grito Scarlet volviendo a dar un gran salto hacia atrás, evitando así la espada de hiervas que por poco la volvía a cortar. Esa regeneración es muy violenta, no veo como poder matarla.

La Princesa Vampiro; Un Mundo DesconocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora