Capítulo 1

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Hoseok tardó en descubrir que no era el único omega escondido ahí debajo. Otro omega se encontraba a pocos metros de él, confiando en que su olor pasara desapercibido; pero no fue por mucho rato. Un alfa se asomó por el hueco, sonriendo maliciosamente cuando los vio. El omega gritó, paralizado de miedo, pero Hoseok ya se arrastraba para salir, sintiendo una mezcla de culpabilidad y alivio. Desde su posición, el alfa tenía mucho más cerca el otro omega, por lo que, él podía huir más fácilmente.

Al menos en esa ocasión.

En cuánto se puso en pie, y sin que nada le protegiera, un dardo paralizador casi rozó la punta de su nariz. Contuvo la respiración un segundo, volteando la mirada al tiempo que un omega era abatido por el mismo dardo. Sintió el estúpido impulso de ir a socorrerle, pero su instinto le ganó, echando a correr mientras el alfa también lo hacía.

Por fortuna, el alfa no le siguió. Sin embargo, la proximidad con ese alfa había activado sus feromonas. Soltó un quejido, maldiciéndose porque ahora, su instinto le pedía que no huyera, que se lanzara a los brazos de un alfa.

Luchó contra ello, saltando entre los setos observando con el corazón encogido varios alfas por la zona, corriendo atléticamente y cargando con un rifle en las manos. Era imposible escapar de ellos, pero Hoseok siguió corriendo. Dejó atrás el área donde había despertado minutos antes, entrando en una zona que parecía un merendero. Ahí la cosa no era mucho mejor; dos omegas intentaban escalar un árbol (de los pocos que había), pero el alfa que los perseguía disparó a ambos en la nuca.

Hoseok no se quedó a mirar más, sus pies se movieron rápidos. Tenía la desagradable sensación de que todos los omegas estaban cayendo menos él. Todavía no había visto uno solo que hubiera podido esquivar alguno de los alfas.

Alejándose del merendero, subió unas escaleras mirando ambos lados por miedo a que algún alfa le saltara encima, pero no ocurrió. Subiendo el último escalón, se alzó imponente una noria de grandes dimensiones. Tal vez eso le serviría. No estaba en funcionamiento, pero podía escalarla.

Levantando la mirada, vio un omega que casi había alcanzado el punto más alto en la noria. Ahí estaría seguro, pensó aliviado. La sonrisa asomando en sus comisuras se esfumó de inmediato cuando un alfa apareció por uno de los lados, apuntando hacia el omega y acertando de pleno.

Hoseok ahogó un grito, contemplando la caída del omega. Pero el alfa se colocó justo debajo, extendiendo los brazos y recogiendo al omega inconsciente. Retrocediendo dos pasos, Hoseok sintió que todo a su alrededor daba vueltas. Estaba perdido. Los alfas eran superiores a ellos. Otro paso atrás y tropezó, cayendo de espaldas y resbalando por una pendiente que había escondida en un matorral.

Intentó detener la caída, haciéndose daño en las manos y en un costado de la cadera. Cuando terminó la pendiente, se frotó el trasero adolorido, levantándose con una mueca en el rostro. No obstante, se quedó sin aliento ante lo que había frente a él.

Un alfa. Un alfa sentado en un banco y fumando.

Hoseok no echó a correr, aguantando la respiración ante la inusual imagen de un alfa con expresión aburrida, con el rifle puesto a un lado y sujetando un cigarro entre sus dedos. Este tardó en desviar la mirada del humo y dirigirla a Hoseok, como si fuera algo poco interesante que ver.

—Ya debe quedar poco —dijo, dando una profunda calada al cigarro.

Hoseok volteó la mirada, pero en esa zona solo estaban ellos dos solos.

—Eres bastante escurridizo —señaló, dejando escapar el humo por la nariz—. Me ahorraste buscar a nadie. No me gusta correr y esperaba encontrar un omega que esquivara todos los demás alfas.

Haunting {yoonseok}Where stories live. Discover now