Capítulo 30

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Eire

Llevaba un par de minutos observándolo mientras parecía estar sumergido leyendo algo, su rostro parecía cansado y algo más que no sabía distinguir. 

Rabia?

Tristeza?

Decepción?

Quizá una mezcla de todas ellas, pero no podía seguir aplazando esta conversación, había dado la orden para que saliera del castillo durante la tarde y si no lograba convencerlo de que no podía ni tenía a donde ir sin su ayuda, no viviría mucho tiempo.

-¿Seguirás ahí parada o vas a decirme algo muchacha?- Me sobresalte ante su voz, sus ojos seguían pegado a las páginas de lo que sea que estuviese leyendo.

-Lo siento, pero necesito hablarte de algo muy importante-

Cuando por fin despegó sus ojos de las hojas para posarse sobre mi rostro pude darme cuenta de que había una inmensa vulnerabilidad en su expresión, era la misma mirada de un león enjaulado lleno de desesperación y no pude evitar sentir un tirón en mi corazón, tenía la necesidad de abrazarle pero sabía que no sería buena idea.

-Te escucho- fue todo lo que dijo

-Me gustaría quedarme aquí - trató de hablar pero seguí - Se que no me quieres en tu hogar pero ni si quiera tenemos porque cruzarnos en el camino del otro, puedo quedarme en la cocina hasta que te retires-

Su mirada penetrante se quedó en mi durante tanto tiempo que comencé a inquietarme, era una mirada de estudio como si quisiera descubrir mi alma con solo mirarme a los ojos, durante unos instantes su mirada se posó en mis labios y por alto reflejo los humedecí lo que pareció sacarlo de su letargo.

-Se que no empezamos de las mejor manera y me disculpo por como te traté desde que llegaste -decir que estaba sorprendida sería un eufemismo - Pero no te estoy echando porque no te quiera aquí - se levantó y rodeo el escritorio hasta posicionarse frente a mi - Es todo lo contrario-

-Yo no... no entiendo- nos miramos directamente a los ojos y lo entendí, su mirada se encontraba llena de deseo y fascinación, me temía que el viera en mi lo mismo.

Alzo su mano izquierda trazando los bordes de mi cuello hasta la mandíbula, su dedo indicé se quedó jugueteando con mi labio, sus ojos completamente nublados por el deseo - Me gustas muchacha, demasiado para mi propio bien pero no puedo mantenerte aquí solo por eso - contengo la respiración ante su confesión - No puedo pedirte que te quedes solo para que calientes mi cama y dios sabe que mereces más que eso pero no soy el hombre que te lo puede dar-

- ¿Por qué no?- me atrevo a decir - ¿Qué te retiene?-

- Antes de que llegaras a mi vida ya había decidido no tener a nadie a mi lado por el recuerdo de mi mujer y para evitarle daño a inocentes - se aleja lentamente y toma el viejo cuaderno entre las manos para entregármelo - Era el diario de mi esposa, todas y cada una de las veces que se burló de mi y de mi amor están plasmadas ahí-

- Yo no soy ella-

Me regala una sonrisa tierna pero llena de tristeza y melancolía - Yo tampoco soy el hombre del que huías y sin embargo también rehúyes ante mi toque, ambos tenemos heridas que no hemos sanado y sería injusto cargar al otro con ellas-

-No tiene entonces que ser así - insisto - Puedo quedarme y ni siquiera lo  notarás, será como si me hubiera ido-

-Ojalá fuera tan fácil - niega lentamente - Pero el hecho de saber que estás bajo el mismo techo es una tentación que no va a dejarme o aun no te has dado cuenta de que te busco en todas partes, podrías pensar que solo te estaba vigilando pero hace mucho, incluso antes de descubrir al traidor que te observaba para mi absoluto deleite - estoy segura que puede oír la agitación en mi respiración - Observar como sonríes cuando ves a los chiquillos correteando, o como te muerdes el labio cuando estás nerviosa o quieres decir algo pero no puedes - 

-Wow yo..- me había quedado sin palabras porque sabía que todo era verdad pero jamás habría pensado que el se hubiera detenido a observar esa clase de detalles

- Así que créeme cuando digo que te buscaría- se aclara la garganta y vuelve a sentarse detrás de su escritorio- De todas formas deberías estar feliz de ser libre-

- No me siento atrapada aquí, al menos ya no pero es que no tengo a donde ir-

-Te dije que te daría dinero suficiente para que vivas cómoda hasta que encuentres un trabajo o un marido si así lo deseas - lo último lo había dicho como un gruñido

- Es que no lo entiendes, yo... yo no tengo a nadie aquí y no se nada sobre esta vida-

-Tienes razón muchacha no estoy entendiendo nada-

- Tengo que contarte algo pero no sé como lo vayas a tomar , es algo relacionado con el hechizo-




EIREWhere stories live. Discover now