Capítulo 38

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Eire

— Que dejes de comer no va a resolver el problema — la voz de mi mejor amiga suena cansada mientras recoge la charola con el desayuno

— Ni siquiera estoy seguro de que estoy tenga solución

— ¿Y entonces qué? ¿Planeas morir de inanición?, que poético — se mofa — Después de todo lo que luchaste para sobrevivir después de lo de Travis te había creído más fuerte

— No tiene punto de comparación

— No, por supuesto que no. Habría entendido si te hubieras dado por vencida cuando el imbécil de tu ex y la psicópata de tu hermana trataron de matarte. Pero justo cuando la vida te dio una segunda oportunidad decides darte por vencida con el amor de tu vida

— ¿Y qué sugieres que haga entonces? — le reto — Ya intenté yendo al castillo, ya releí el hechizo un sinfín de veces y nada ha sucedido

— Pues no lo sé — tira de las mantas obligándome a salir de la cama —Lo que si sé es que pasarte la vida así no nos dará respuestas  — la observo en silencio mientras comienza a buscar ropa de mi antigua maleta y me la tiende mientras me dirige a la ducha — Tienes que espabilar, si ese hombre te ama tanto como dices estará desesperado luchando por encontrarte mientras tu te revuelcas en la miseria

Mi piel se vuelve roja bajo el agua caliente sin embargo apenas soy consiente de ello mientras mi mente divaga entre los recuerdos de mi otra vida. Las lágrimas surcan mi rostro perdiéndose entre las gotas de agua que no son capaces de lavar el dolor de mi alma. Cada vez que cierro los ojos son los suyos, oscuros y profundos los que me devuelven la mirada. 

El dolor se vuelve insoportable, una espesa bruma me nubla la vista y antes de poder hacer algo me encuentro cayendo en pozo sumido en la oscuridad.



El susurro de las sabanas me despierta, la señora Munro debe estar recogiéndolas para lavarlas. Intento abrir los ojos pero un intenso dolor de cabeza me hace soltar un quejido de dolor.

— Joder — me incorporo lentamente tratando de reconocer donde me encuentro, por un instante espero ver las llamas crepitando en la chimenea pero es en cuanto enfoco la habitación blanca y estéril que me doy cuenta que estoy en un hospital. Al instante cierro los ojos tratando de apaciguar otro tipo de dolor, uno que quizá jamás pueda curar.

— Tiene que mantenerse tranquila y descansar — una voz dulce me hace abrir los ojos, solo para encontrar una pequeña enfermera con una bandeja de comida — El golpe que se dio al caer fue bastante fuerte pero afortunadamente no parece haber algún daño en ninguno...

— No tengo hambre— la interrumpo secamente, se que no es su culpa mi estado de ánimo pero lo que menos deseo en estos momentos es socializar con nadie

— Pues tiene que comer — el olor de la comida comienza a darme nauseas pero antes de que pueda decir algo, la chica se sienta en la cama y extiende su mano — Mi nombre es Nora por cierto, estoy a cargo de su cuidado hasta que se le dé de alta

Ignorando su intento de presentación consigo preguntar — ¿No puedo irme ya?

— ¡No! — me tiende una cuenco con una especie de sopa de verduras pero niego — Por favor, mientras más rápido te recuperes, más pronto podrán irse y para eso tienes que comer

— Te dije que no tengo hambre, además me siento bien — trato de incorporarme pero al instante me arrepiento cuando el dolor vuelve a golpear contra mis sienes — Joder, bueno quizás solo deban recetarme un analgésico o algo

— Señora — deja el cuenco de vuelta en la bandeja y se gira para mirarme seriamente — He atendido a muchos pacientes que han sufrido accidentes similares al suyo, he visto como algunos...— traga lentamente — Algunos ya no vuelven a recuperarse, es un milagro que después de esa caída estemos teniendo esta conversación, así que por favor coma y recupérese para que pueda salir y seguir disfrutando su vida

Me mofo del hecho de que crea que mi vida ahora es feliz, pero termino cediendo y comienzo a comer a pesar de las nauseas repentinas. Cuando por fin termino de comer, Nora se dedica a revisar mis signos vitales y cambiar el suero, ambas nos mantenemos en silencio y es antes de que salga de la habitación que reacciono.

— Nora, espera — se gira lentamente y me regala una pequeña sonrisa — Dijiste que tenía que recuperarme para que pronto podamos irnos, en plural — asiente confundida — ¿A qué te referías con eso?, Yo estaba sola en la ducha

Ahora su sonrisa se ensancha y baja su mirada hasta mi estómago — Pues me refería a ti y a tus bebés tonta — y sin más sale de la habitación dejándome helada.




IG: Moka_Yaz

FB: Mony Yáñez

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⏰ Last updated: Apr 28, 2023 ⏰

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