Capítulo 11

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Sean no sabía a ciencia cierta porque había tenido esa reacción, lo único que sabía es que le había parecido imposible dejar que ella tocara la cicatriz, esa no era una simple cicatriz que te haces en batalla, para Sean era algo más profundo, el mimo se había hecho aquella marca, era la único persona que la había tocado, sin embargo toda persona que conociera su pasado sabría el motivo, sin embargo, Kiara no conocía nada sobre el, y aunque en un principio había utilizado aquel ágil movimiento para alejarla de la cicatriz, cuando la tuvo ente sus brazos no pudo dejara pasar la atracción que sentía por ella, sabía que ella también sentía aquella innegable atracción, hacia apenas unos instantes lo había comprobado cuando la había tenido entre sus brazos, pero también sabia que ella se rehusaba a dejarse llevar, habia notado en sus ojos cierto temor, pero estaba casi seguro que no era a el si no un temor hacia algo más y el se moría por descubrirlo.

despues de permanecer en el agua por un rato, decidió ue era momento de ir en busca de Kiara, en cuanto se hubo puesto la ropa, fue en su busca, sin embargo no esperaba en absoluto encontarse con alguien más en el camino.

-Sean mi querido Sean- Lady Davinia se encontraba frente a el mostrando una apetecible pero recatada porción de su pecho- no sabes cuanto te he echado de menos cariño, Londres es un lugar hermoso y lleno de pasatiempos, pero realmente tengo un pasatiempo mucho más entretenido en las tierras altas- 

Ambos sabían a que se refería, Lady Davinia había compartido su lecho en innumerables ocasiones, a pesar de que todos la vieran como una chiquilla mimada y alzada, Sean le tenia cierto aprecio, luego de aquel día en que su vida se hubiese sumido en la más triste oscuridad, ella con su compañía le había hecho más llevadera su tristeza, además le debía cierto respeto y es que ella se había entregado a el siendo virgen, sin embargo a pesar de que su honor se lo reprochaba a el no se le había pasado por la cabeza pedirle matrimonio.

-Lady Davinia-Sean depositó un fugaz beso en sus labios- no sabes lo feliz que me hace tenerte en mis tierras, ciertamente- se acerco a ella lentamente para susurrar en su oído- mi cama te ha echado de menos- lo ultimo lo dijo mientras tocaba las curvas de los senos de la joven que profirió un pequeño gemido

-Querido sin duda estaré feliz de tener un reencuentro con lecho- ambos ajenos a que un par de ojos violetas les observaban desde la oscuridad siguieron con su descarado intercambio de caricias- de hecho mi adorado Sean te exijo ahora mismo que me lleves a tu habitación, me muero por estar entre tus brazos-

eso fue lo ultimo que escuchó Eire luego de verlos desaparecer rumbo a la habitación del Laird, no entendía porque se sentía como si la hubiesen traicionado, ni siquiera advirtió en que momento había comenzado a llorar, solo sabia que deseaba largarse de aquel lugar lo antes posible, debía alejarse de aquel castillo, pero sobre todo debía alejarse de aquel hombre.

Sin embargo aquel reencuentro no fue el que Sean esperaba, y es que con cada beso o caricia, rememoraba el cuerpo de Kiara entre sus brazos, tenia que concentrarse en pensar en la mujer que tenia bajo su cuerpo pero en lugar de admirar  los ojos color miel de Davinia eran un par de ojos violetas los que le devolvían la mirada, aquello fue la gota que derramo el vaso, todo su auto control se perdió se convirtió en un animal en celo, fue bestial, cada acometida arrancaba un grito de satisfacción femenina, que bien pudo haberse escuchado hasta las caballerizas del castillo, supo en el momento que llegaría al clímax, pero antes de eso pudo recobrarse y ver claramente que no era Kiara la mujer que gritaba su nombre enfebrecida, si no Davinia, fue como un balde de agua fría, pero consiguió recomponerse, siseo mientras se derramaba en su vientre y es que siempre había sido muy cuidadoso, no permitiría que un hijo suyo rondara por ahí como bastardo.

-Vaya cielo- ronroneó la joven aun con la respiración agitada- parece que me extrañabas más de lo estas dispuesto a admitir, me imagino como sería retozar así todos los días de mi vida- el comprendía aquella insinuación, sin duda la joven esperaba ser más que la amante del Laird, sin embargo el no estaba de acuerdo

-Debemos bajar a cenar- sin decir más se dispuso a vestirse sin notar el odio con el que lo miraba aquella despechada mujer- nos estarán esperando-

Mientras tanto en la cocina Eire se paseaba cabizbaja y nerviosa, sin entender porque sentía aquella desazón que le oprimía el pecho al pensar en la feliz pareja que seguramente estaría retozando en aquella habitación donde horas antes había estado en los brazos de Sean.

-Deberías ponerte algo más elegante muchacha, no creo que quieras estar en la mesa con ese vestido tan simple teniendo a Lady Davinia cerca- La señora Munro la sacó de sus cavilaciones con aquel comentario- esa chiquilla malcriada no dejará pasar la oportunidad de hacerte sentir mal, deberías demostrarle que no solo ella es hermosa-

-No estoy compitiendo con nadie señora Munro -

-No pero sin duda sería muy refrescante ver que esa mujer se traga su propio veneno, realmente no entiendo porque mi muchacho está  con esa mujer, esa arpía supo atraparlo en el momento que más vulnerable se encontraba-

aquel comentario despertó la curiosidad de la joven- ¿de que habla señora Munro?-

-Mira querida mi niño Sean no siempre fue el hombre recio y agresivo que es ahora, era un chico dulce, alegre- la mujer se limpió una lagrima- todo cambió esa tarde de abril cuando su...-

-no creo que sea de interés de una extraña mi vida privada señora Munro- la voz de Sean interrumpiéndola, sobresaltó a ambas mujeres- y no deberías aprovechar el estima que te tengo para andar por ahí contando mis asuntos personales-

-lo siento Laird- la mujer bajó la cabeza avergonzada

-esta bien- Kiara se sorprendió al verlo abrazar a la anciana, jamas lo había visto ser tan cariñoso con alguien- pon un plato de más en la mesa y pide que suban un cubo de agua caliente a mi habitación, Lady Davinia pasará una temporada con nosotros-

-¿donde dormirá la joven, mi Laird?-

-En mi habitación, como siempre-

EIREWhere stories live. Discover now