┇ 𝐀 𝐂 𝐓 𝐎 ᴼ⁴ ཻུ۪۪⸙

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マスクの下
under the mask; capítulo cuatro
«disparo a la caída»

マスクの下under the mask; capítulo cuatro«disparo a la caída»

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Imaginaba entre sueños cómo hubiera sido si nada de eso hubiera pasado, si cambio de personalidad ya no exista, si tampoco hubiera descubierto su gusto a esa VSS o si el suicidio le hubiera pasado por su mente alguna sola vez. Era alguien bastante simple en la otra realidad, una joven de veinte años que tenía un trabajo que le gustaba y que podría vivir toda la vida trabajando de ello, una fanática de las series y películas de zombie, algo negativa con respecto  a las amistades pero que solamente tenía una y era con una persona menor que ella. Sí, era alguien simple pero que tuvo la desdicha de aparecer en un sitio en donde eras asesinado o asesinabas, complejo y sencillo.

Abrió sus ojos mientras agarraba con rapidez su arma mientras apuntaba a la muchacha que estaba al frente de ella, apuntándola con un arma y disparó. El sonido de ese disparo chocar contra su cuerpo fue lo que hizo que de su boca salga sangre y se caiga al suelo mientras apretaba su herida. «¿Cómo sucedió todo esto?» se preguntó con notable confusión, observando a través de su máscara que estaba en otro sitio diferente al que estaba antes y que su máscara estaba puesta cuando antes no lo estaba. Se habían movido de lugar y la habían llevado a ella hasta ese sitio. Escuchaba pequeños gritos que hacían pitar sus oídos y sentía otras manos ajenas a las suyas tratando de parar su hemorragia. «¿Este será mi final? Un simple disparo, no puede ser» bufó divertida en su mente, al menos moriría por un simple disparo a que te estrellen miles de veces la cabeza en el asfalto, era menos doloroso y rápido, suponía.

—¡¿Qué hiciste, Yuri?! —gritaba alguien, capaz ella era la que estaba parando su herida en esos momentos. Quería decirle que no lo haga, que ella aceptaba su muerte con orgullo pero nada salía de sus labios.

—¡Pensé que no era de los buenos! —gritaba otra sacándole la máscara, dejando a la vista sus ojos grises que se cerraron por el impacto de la luz del día en sus ocelos—. ¡Maté a una mujer hermosa!

—¡No es momento para halagos, hay que parar el sangrado o morirá en serio! —sus ojos captaron una mirada verdosa y hebras rubias, sonrió saboreando el líquido carmín que decoraban sus venas al saber que la muchacha que había ayudado estaba despierta y sana—. ¿Por qué sonríes?

—Porque estás bien —habló entre pausas Kamiko, impresionando a las tres chicas que la observaban con preocupación.

Kamiko se sentó correctamente mientras se fijaba en su herida que se estaba cerrando con una lentitud enorme, era más lenta a la de sus fallidos suicidios además que estaba sintiendo el dolor del impacto de la bala al haber atravesado su piel. Suspiró parándose y agarrando su máscara de las manos de la pelinegra, sintiendo una corriente eléctrica atravesarla cuando por unos instantes los dedos de ella tocaron los suyos. Era una candidata a diosa, y la causa de su herida. 

—Quién lo diría, las personas candidatas a dioses podían herirme —susurró con sorpresa agachándose para agarrar su arma y colgarla en su hombro, tratándose de alejarse de las tres adolescentes que la veían con impresión—. ¿A caso nunca vieron a una mujer?

—¡Eres una candidata a diosa y enmascarada! —exclamó sin poder creerlo Honjo tragando saliva y escondiéndose detrás de la rubia que veía sus manos con la sangre de la más alta.

—Eso es algo que aún debo averiguar —murmuró para sí misma dándose la vuelta, alejándose de ese trío porque eran muy chillonas además que tenían unas vestimentas demasiadas cortas y pegadas al cuerpo.

Se alejó con rapidez, sin darle mucha importancia a su herida pues sabía que iba a sanar con lentitud, pero iba a sanar. Llegó a un edificio algo alejado de las chicas y se puso a revisar cuanta munición tenía cuando un disparo sonó cerca de su localización, demasiado cerca. Se paró con ligereza y salió de la construcción, observando con estupor como ese enmascarado que conocía corría con rapidez por el puente suelto intentado no morir y recordó. Yuuka le tenía miedo a las alturas.

Tiró su arma al suelo mientras saltaba tomando la mano de el pelinegro impulsándolo para que llegue a la terraza del edificio mientras ella caía hacia su fallida muerte. Bueno, había sonado muy dramático para la imaginación de ella y una sonrisa decoró su rostro cuando un grito había resonado por todo el aire y sabía que era de él, pues antes de que todo se vea pequeño para ella observó como el miraba hacia donde caía a ella, tal vez pensando en vano que se agarraría de las cuerdas del puente. «Qué iluso» pensó chocando contra el suelo, sintiendo como su cráneo se rompía en el proceso junto con varios órganos de su cuerpo, pero no sintió dolor aunque si sentía ese escozor en la herida de su abdomen. «Maldita pelinegra, si ves a una enmascarada sin hacerle daño a dos chiquillas es porque es buena y no debes disparar» pensaba viendo como las nubes pasaban con tranquilidad por el cielo, haciendo tiempo para que su cuerpo sane y tenga que escalar con aburrimiento todo el edificio para buscar su arma y asegurarse que ese chico esté bien.

—¡Kamiko! —había gritado sniper mask asomando su cabeza por el rascacielos, viendo solamente el destello de la cruz y máscara de ella. Había recordado como se llamaba, y al parecía sería la última vez que podría nombrarla. Agarró el arma de Kamiko apuntando a la mujer que había disparado asegurándole su muerte y disparó, rozó la máscara de esa fémina de atuendo parecido a Robin Hood.

Apretó su mandíbula sentándose en el suelo mientras un leve picor se presentaba en sus ojos, gruñó sacándose la máscara mientras pasaba una mano por su vista tratando de no llorar ante el doloroso sentimiento que se había formado en su pecho. «Kamiko, así te llamabas» dijo en su mente con un nudo en su garganta volviéndose a poner ese objeto blanco, «gracias por salvarme».  Un recuerdo llegó a su mente de manera abrupta, logrando tambalearlo. Estaba ella sonriendo mientras sus ojos grises lo observaban con cariño, estremeciéndolo; se acercaba con lentitud hacia él susurrando que se veía demasiado bien con esa gorra que ocultaba parte de su rostro.

Sin embargo, la mirada de ella había cambiado a una triste que era ocultada por una sonrisa, pero él la conocía bien como para saber lo que ella sentía.

—Lo siento y te perdono —dijo de repente ella

—¿Qué? —preguntó él.

Y ella solamente ladeó su rostro formando una expresión triste.

—Porque presiento que algo malo sucederá y que nos involucra, siento que me harás algo que no quisiste y yo haré algo que te provocará dolor —informó Kamiko tomando las manos de él para llevarlas a sus labios y darles un beso—. Lo siento.

«Te perdono, cariño» pensó con dolor, sin querer confirmar la suposición que su mente estaba formulando; quiso recordar más, más de ella y poder saber el por qué le había dicho así, pero su psique ya había negado el paso a los recuerdos.


«Te perdono, cariño» pensó con dolor, sin querer confirmar la suposición que su mente estaba formulando; quiso recordar más, más de ella y poder saber el por qué le había dicho así, pero su psique ya había negado el paso a los recuerdos

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𝖀𝖓𝖉𝖊𝖗 𝖙𝖍𝖊 𝖒𝖆𝖘𝖐  | 𝐬𝐧𝐢𝐩𝐞𝐫 𝐦𝐚𝐬𝐤 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora