Cap 5. El verdadero amor

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Despacito, muy despacito
Se fue metiendo en mi corazón
Con mentiras y cariñitos
La fui queriendo con mucho amor

Despacito, muy despacito
Crecía la llama de mi pasión
Y sabiendo que no era buena
Le di mi vida sin condición

Y hoy que quiero dejarla de amar
No responden las fuerzas de mi alma
Yo no sé donde voy a acabar
Porque yo ya no puedo olvidarla

Despacito muy despacito
Me dijo cosas que nunca oí
Me enseñó lo que tantas veces
En otros labios no comprendí

Pero todo, todo se acaba
La dicha grande también se va
Y nos deja nomás recuerdos
Recuerdos de ella que no vendrá

Y hoy que quiero dejarla de amar
No responden las fuerzas de mi alma
Yo no sé donde voy acabar
Porque yo ya no puedo olvidarla

Tema: Despacito.
Interprete: José Alfredo Jiménez ft Amalia Mendoza.

Nota: Escuchenla, vale demasiado la pena, es simplemente preciosa y va con el capítulo.

Hacienda las nubes - Quindío Colombia 1999

Pov Daniela.

Poché, Poché, Poché... Aquel nombre que se repetía en mi cabeza desde que tenía memoria; aquella niña que corría por los cafetales sin miedo y sin quien pudiera detenerla... Aquella niña que yo miraba con detenimiento desde mi ventana y soñaba todos los días que fuera mi amiga, pues quería experimentar aquella libertad que podía ver en sus ojos.

Siempre estuve pendiente de quien era la familia que vivía en la pequeña casa que se encontraba dentro de la hacienda, pues la mayoría de los caficultores y sus familias tenían su propia casa y solo llegaban a cumplir sus funciones; este tipo de situaciones me generaban aún más intriga de esas personas y el por qué papá hacia una diferencia con ellos.

La familia Garzón se componía de Juan Carlos Garzón, María José y la pequeña Valentina, pues hace un par de años Martha la mamá de poché había fallecido víctima de una horrible enfermedad; no recuerdo un día tan triste como ese en la hacienda, la energía de todos estaba por el suelo y ni que decir de la tristeza tan grande que manifestaban los Garzón; la hacienda completa estaba de luto y yo por primera vez noté a poché, justo el día más triste de su vida.

Papá decía que siempre en nuestros momentos más horribles y difíciles, llegan personas a darle luz a todo, a enseñarnos que si hay oportunidades más allá del dolor; que debíamos dar gracias a Dios por quienes nos veían lastimados y nos curaban las heridas, pues de esas personas ya no hay en el mundo. Muchos llegan a lastimarnos y dejarnos en tinieblas, pero otros llegan con sus locuras y ocurrencias, con sus palabras diferentes, con sus bailes raros y sobre todo con sanidad. Mi mayor sueño era poder dar sanidad a aquella familia que se encontraba mal.

Debo decir que las cosas no estuvieron nunca fáciles, pues mi abuela Eugenia se oponía rotundamente a la sola idea de verme siendo amiga de los trabajadores o de sus hijos; era absurdo solo pensar que una heredera fuera vista en actitudes poco correctas, pero a mí eso no me importaba y trataba a todos y todas con el respeto que se merecían. Son seres humanos que contribuyen a lo que tenemos y debemos agradecer por su presencia aquí.

Pero volviendo a Poché, creo que fui incluso un poco acosadora de pequeña, pues la veía todos los días jugando con los otros niños y siempre frecuentaba los lugares donde podía verla. Yo de verdad me sentía muy sola en esta hacienda y lo único que quería era tener una amiga con quién compartir todos mis juguetes, incluso creo que de las mejores decisiones que tuve fue decirle a mi papá que me dejara invitarla a casa, pues desde ese día me acompaña en este camino el ser humano más maravilloso de todos y amaba saber que era mi mejor amiga.

Cuando te encuentre/ CachéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora