Cap 23. Latidos espontáneos.

1.7K 232 38
                                    

Cuando te vi
Solo podía pensar en todo el tiempo que perdí
Porque mi vida cambió de repente y lo entendí
Cuando te vi

Dijiste adiós
Y antes de hablar, tus ojos ya gritaban, ¡Terminó!
Y aunque por ti haya puesto todo en juego
No te alcanzó
Dijiste adiós

Pero no me busques más
Y no pretendas que eres fácil de olvidar

¿Qué ganas con llegar, si igual te irás con el viento?
¿Qué ganas con colarte siempre en cada canción?
¿Qué ganas con sacarme la verdad cuando miento?
Y fallo en el intento de ocultarte mi amor

Yo pierdo la cabeza, pierdo el sueño
Yo pierdo la razón, pierdo mi voz
Pero no sé qué ganas
Con robarme el corazón

Tema: ¿Que ganas?
Intérpretes: Morat.

Pov Poché.

Me encontraba de regreso en Bogotá y me sentía realmente cansada; últimamente he sentido que todo me pesa aún más y que mi salud mental está un poco deteriorada desde que volví a ver a Daniela Calle.

Por las noches tenía pesadillas constantes con el pasado y sentía que volvia a revivir todas las cosas horribles que pase por culpa de ellos. Era como ver mi vida en repeat una y otra vez. Me sentía tan cansada y preocupada que todos a mi alrededor lo notaban, incluso pensé seriamente solicitar una cita con mi psicóloga y comentarle todo esto.

- ¿Poché, estás ocupada? - Barbara se asomó por la puerta de mi oficina y yo le hice señas para que entrara - ¿Estás bien?

- Si no te preocupes - suspiré - solo no he parado de viajar y trabajar.

- Sé que estás muy comprometida con esto, pero te ves terrible - ella tan sincera como siempre - las ojeras cada vez se te notan más y créeme que me preocupas.

- mira, te prometo tomar un descanso de unos 15 días despues de solucionar todo lo que tenemos pendiente - la miré tratando de calmarla - ¿Te parece?

- No me queda de otra que aceptar eso - subió los hombros - pero no venía a decirte eso - su mirada se tornó sería - Germán Calle solicitó verte hoy y tienes cita con el en hora y media.

Sin más me dejé caer en mi silla y puse mis manos en la cabeza, era la única cosa que me faltaba para que mi semana tomara el drama necesario y solo era el inicio.

- pues será alistarme para eso - me puse de pie y servi vino - literalmente llevo años sin tener una charla con él.

- si quieres miro alguna excusa para que no lo veas - me miraba preocupada.

- Sabes que no podemos - la miré - Moisés se infarta donde sepa que rechacé ver la dueño de la empresa que me va a patrocinar.

- No entiendo él por qué te pone tanto trabajo - giro los ojos - Moisés es tu amigo, pero te explota terrible.

- Aunque no lo creas es muy bueno conmigo y un experto en marketing político - tomaba mi vino - lo único que Moisés tiene de malo es que no sabe toda esta historia, porque justo cuando iba a contarle volví a ver a Daniela y ya no se podía hacer mucho.

- Pues si, tienes razón - aceptó por fin - él te quiere mucho.

- Exacto, entonces tu tranqui que yo puedo con esto - la miré - mejor ayudame a tener todo listo para no estar tan desprevenida cuando Germán llegue.

Sin más Barbs me ayudó a tener todo listo por si se tocaban temas económicos y políticos, aunque yo sabía mejor que nadie por donde iba todo esto, solo tenía la esperanza de estar totalmeme equivocada.

- Ya llegó el señor Calle - mi asistente me avisó y asentí para que pasara.

- Buenas tardes María José - el hombre entró a mi oficina y me estiró su mano - es un gusto volver a verte.

Cuando te encuentre/ CachéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora