Capítulo 1.

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El sol estaba muy arriba, hacía calor y el clima estaba perfecto para un día en la playa, pero la playa era un sueño muy lejano. Eran vacaciones de verano y mis mejores amigas Lauren y Becky habían decidido que en este verano querían experimentar algo fuera de lo normal. ¿Estaban locas cierto?

-¡Jen! –gritó Lauren quien me esperaba afuera.

Me asomé por la ventana de mi habitación y vi la Jeep que había rentado para nuestra aventura, era de color verde pasto y estaba cargada con todas nuestras provisiones, o al menos casi todas, faltaba lo mío.

-¡Ya voy! –grité en respuesta.

-¡Apúrate! –Me regañó - ¡Se mete el sol!

Ignoré sus gritos y volví a meter la cabeza en mi apartamento, mire mi habitación, un lugar aburrido completamente pintado de blanco, mi cama tenía una colcha blanca también y lo único que podía hacer que mi cuarto se viera un poco divertido era el póster de un delfín brincando en las aguas, pero ni siquiera el mamífero acuático lograba animar mi habitación un poco y menos animarme a mí.

La idea de ir al parque nacional "Great Smoky Mountains" había sido de Becky, ella a diferencia mía amaba la nieve, los bosques y todo lo relacionado con las cosas que hacen que te de frío. Yo accedí, obviamente no quería quedarme sola todo el verano, la universidad no tenía nada interesante que ofrecer, además de que estaría totalmente vacía y no sería divertido pasarme todas las vacaciones en el mismo diminuto apartamento que la universidad nos ofrecía para vivir.

Guardé mi chaqueta de invierno preparándome mentalmente para dejar Atlanta, para despedirme silenciosamente de la oferta que mis padres me habían hecho para ir con ellos a L.A y alistándome para una semana en una cabaña en las montañas, rodeadas de pinos, ríos, hierba, osos...

¿Cómo pude acceder a esto?

Cerré la pequeña maleta y me puse una bufanda alrededor del cuello, no hacía frio, pero pronto lo haría y no quería que me tomara desprevenida. Sujete mi valija y le di una última mirada a mi habitación del apartamento, suspire y salí de ella. Becky estaba en la sala de nuestro apartamento, le daba una última mirada al refrigerador pero cuando escuchó el sonido de mi puerta cerrándose se giró y su rostro se iluminó por una enorme sonrisa.

-¡Casi pareces una campista Jen! –exclamó abriendo un yogurt bebible y dándole un sorbo.

-Justo ahora estaría llegando a mi casa en Los Ángeles –me quejé- seguro que hace calor y el mar ha de estar precioso.

-Vas a Los Ángeles todos los veranos –dijo- ya es hora de que con conozcas algo que no es sol y arena, si hará frio pero eso no significa que vaya a ser horrible, hay muchas cosas que hacer, les contaré en el camino.

-Quizá porque mi familia vive allá –contesté en mi defensa y esperé a que ella terminara su yogurt para así ambas salir del apartamento universitario que compartíamos las tres.

-Bueno ellos no te extrañaran demasiado, no es como si fueras a morirte o algo –me sonrió y tomo su maleta de mano, salimos del apartamento y cerramos la puerta con llave, era mala idea dejarla así nada más, generalmente algunas personas volvían antes de vacaciones y para divertirse hacían destrozos dentro de los departamentos abiertos.

-Voy a morirme de frío.

-No exageres –bajamos las escaleras- aquí también hace frío, solo vamos un poquito al norte, además tengo una sorpresa.

Aquello me tomó desprevenida, las sorpresas de Becky siempre habían sido saboteadas por mí, pero en aquella ocasión no me había enterado ¡Vaya cosa extraña! Becky era la persona menos discreta del universo ¿Cómo no me había dado cuenta?

InviernoWhere stories live. Discover now