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 A veces no lo entiendo.

Desde nuestro pequeño incidente me había esforzado para no pasar ningún tiempo totalmente a solas con Kirishima.

Lo que era realmente molesto.

A veces lograba impedir la situación de manera disimulada, dando justificaciones más razonables sobre por qué tenía que irme. Pero la mayoría de las veces terminaba dando una excusa que ninguno de los presentes creía. Dejándome un amargo sabor en la boca.

¿Por qué tenía que forzarme a mentir por culpa de otro?

Lo peor era cuando no se me ocurría ninguna excusa y la única forma de evitar estar a solas con el pelirrojo era invitar a otro montón de gente. Se pueden imaginar lo chocante que fue para todos cuando fui para invitarlos a pasar el rato.

Rayos, encima después la chica pelirosa comenzó a gastarme bromas acerca de cómo los quería a todos. Diablos, la humillación. Porque no importan que tan verdad o mentira sean las cosas que dijo, lo sentí como una humillación. Eso me hace enfurecer.

Y lo que más me enoja de todo es la actitud de Kirishima.

Parecía tan calmado, como si no hubiese ocurrido nada. Cada vez que me miraba me sonreía como si quisiese deslumbrarme hasta la muerte, el muy insensible, me enfurecía de la impotencia. Con lo inteligente que soy, es muy frustrante no entender las cosas (Porque sí, la humildad es para los que no tiene talento. Ft. Bakugou Katsuki).

Había demasiadas cosas en las que debía enfocarme, como mi entrenamiento y mis estudios. Esas siempre habían sido mis prioridades, no era momento de no poder concentrarme debido a que mi cabeza se llenaba de pensamientos sobre el pelirrojo. Con eso en mente, me decidí por enfrentarme a él.

Era el fin del día, después de las clases y los entrenamientos, me encontraba en mi cuarto atento a escuchar cualquier señal del pelirrojo. Ya había pasado un tiempo desde la cena, y ya iba siendo hora de que Kirishima apareciese de una vez por todas. ¿Cuánto tiempo podía quedarse en la sala común hablando?

Mientras imaginaba que podría llegar estar haciendo y luchaba contra mis crecientes ganas de ir a dormir escuché, al fin, el elevador detenerse en nuestro piso. No podía ser el multibrazos porque él había llegado hace como una hora, y al escuchar los pasos detenerse en la puerta a mi lado estaba seguro.

Esperé unos minutos, para disimular. No quería que pensará que lo único que tenía que hacer esa noche era hablar con él. No claro que no. También tenía... que.... Estudiar. Si. Tenía que estudiar, esto no era nada importante.

Salí de mi cuarto y con las manos en los bolsillos de mi pantalón me enfrenté a la puerta de Kirishima.

Me quedé ahí por un momento, incapaz de levantar mi brazo y tocar su puerta.

Recordé el calor de su piel sobre la mía.

Eso no me lo hizo más fácil.

"Qué estupidez" pensé.

Con un decidido movimiento di dos fuertes golpes en la puerta de Kirishima y esperé.

El latido de mi corazón no se había tranquilizado cuando escuché la puerta abrirse.

- Bakugou – me dijo Kirishima al abrir, se veía sorprendido con la mano aún en la manija de su puerta, pero en un segundo se movió hacia un costado dejándome espacio para entrar. - ¡Qué bueno verte! – me dijo con una sonrisa radiante y sincera

Mi corazón dejó de latir.

"¿Qué mierda?" pensé, sintiendo un pequeño sonrojo a punto de subir por mis mejillas.

No EntiendoWhere stories live. Discover now