Xiao Zhan es un muchacho tranquilo y trabajador decidido a salir adelante a pesar de todos los obstáculos que la vida le ponga en frente, hasta que un joven mimado y caprichoso haga que su mundo se ponga de cabeza y sea un desastre?!?! ...
*:・゚.✧:・゚...
一 Entonces, espero poder contar con su usted como un aliado más desde ahora en adelante señor...Wen Chao 一
❍•❅•°•───── ❁ ❈✨ 🍒 ✨❈ ❁ ─────•°•❅•❍
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
❍•❅•°•───── ❁ ❈✨ 🍒 ✨❈ ❁ ─────•°•❅•❍
一 Lo mismo digo Xiao Zhan 一
Xiao Zhan tomo los archivos y los escondió en su ropa, la información que tenía entre sus manos era de vital importancia, agradecía la ayuda de alguien como Wen Chao, aunque jamás llego a imaginar que contaría con la ayuda de un Wen y mucho menos que este fuera el hijo de Wen Rou Han, aquel hombre que lo único que deseaba era la destrucción total de los Wang.
DIAS ANTES...
La noche en que Xiao Zhan regresaba de la casa de sus futuros suegros, después de ver los catálogos para los preparativos de su boda, Xiao Zhan llegaba a su hogar estuvo a punto de ingresar a su casa para descansar, pero antes de siquiera sacar las llaves de la puerta recibió una llamada algo extraña, proveniente de un número desconocido, así que con algo de recelo contesto.
╭══• ೋ•✧๑📱๑✧•ೋ •══╮
一 Ho…一
一 ¿Xiao Zhan? 一
一 ¿Quién es? 一 su voz era desconocida 一 ¿Quién es?, ¿cómo obtuvo mi número? 一
一 Por favor, necesito platicar contigo 一
一 Por el momento no me es posible y responda a mis preguntas 一
一 No tengas miedo, nos conocemos, baja por favor estoy en la calle frente a tu unidad habitacional 一
╰══• ೋ•✧๑ 📱 ๑✧•ೋ •══╯
Xiao Zhan tuvo un mal presentimiento por un momento, quizás era alguien peligroso, ¿un secuestrador?, algún subordinado del abuelo Wang, no, no eso no era posible, ya que estaban en contacto y no había modo para citarlo de ese modo, además ya era de noche, y eso le causaba algo de temor, si conocía su casa, significaba que conocía el piso que ocupaba, podría subir a buscarlo. Así que respiro hondo y se armó de valor para bajar bajo y en cuando asomo la cabeza por el portón vio un Lamborghini negro, estacionado enfrente, no conocía de autos pero cómo no reconocer uno.