1/ noche de baile.

56 10 0
                                    

Sus caderas se mueven al ritmo de la música.

Otro ron entra a mi cuerpo.

¿Por qué no puedo dejar de verla?

Sus movimientos son adictivos.

— La nueva leyenda sabe moverse. – hablo Witt. — Supongo que hasta a ti te llamo la atención.

— No digas tonterías Witt. – le di una bocanada al cigarrillo. — ¿Olvidas lo que nos hizo hacer?

— ¿Olvidas quién la salvó al final?

— Cuida esa boca.

— Tranquila soldado, no quiero alterarte. - Mirage levanto las manos en son de paz.

— Mejor ve con tu chica y piérdete.

El hombre trago saliva y se marchó.

La música sonaba cada vez más fuerte, a la pista de unió Ajay y la pequeña Natalie. Todos olvidaron tan pronto lo que aquella ladrona nos hizo, nos ultilizo para su propio beneficio.

Solté un gruñido y salí del lugar.

Me recargue en la pared y prendí otro cigarrillo.

— Williams, la fiesta aún no acaba encanto.

— Para mi sí.

— ¿Cuándo piensas superarlo? Todos ya lo hicieron.

— Escúchame bien "dulzura" tú y yo, no tenemos ninguna relación, ¿Lo entiendes?

— Es curioso que tu cuerpo me diga lo contrario cuando estamos a solas.

Bufé.

— Silencio Andrade.

— ¿Por qué? Creí que te gustaba mi voz, y más cuando gemía tu nombre.

El tono coqueto de la mujer me tentaba.

— ¿Qué pasa Anita? ¿Te comió la lengua el ratón? – Sonrió.

La mujer se acercó aún más a mi, su perfume me embriagó de solo olerlo, era un aroma tan peculiar.

— ¿Acaso no me deseas tanto como yo a ti?

Había caído nuevamente en su trampa, mis manos tomaron su cintura. Estábamos tan cerca la una de la otra.

— Estás jugando con fuego, Andrade y el fuego quema.

[•]

Mi lengua se divertía con sus pezones, mientras que mis dedos acariciaban su intimidad.

Hace ya un rato habíamos abandonado la fiesta para seguirla en otro lado.

Nuestros encuentros siempre terminaban así.

— A-anita~

Una sonrisa maliciosa se creo en mi boca al escuchar mi nombre.

— Mírate... Quién diría que la mujer coqueta y arrogante que rechaza a todos, se pone tan sensible ante en tacto de Bangalore.

La volví a besar, callado un poco sus gemidos mientras que hacía pequeñas embestidas con mis dedos.

Sabía que Andrade tenía sentimientos hacia mí, su mirada lo decía todo. Pero no es mutuo ¿Cierto?

La mire por última vez, disfrutaba ver su cara de placer.

— Eres preciosa.

Abrí sus piernas y me acomode entre ellas, estaba apunto de hacerla gritar como loca.

Saboreé su intimidad, sintiendo la explosión de sabores carnales en mi lengua. Los gemidos de Loba se hicieron presentes.

Su suave voz gimiendo, y el sonido tan obsceno de mi boca chupando su intimidad. Era lo único que se escuchaba en todo el lugar.

— A-Ana~

Su piernas apretaron mi rostro, indicándome que estaba apunto de correrse, su espalda se curveo.

— Aah~~

[•]

— Me marchó ya. – Dije mientras abrochaba mi camisa.

— Espera Anita.

Mi mirada se posiciono en la mujer.

— ¿No quedaste satisfecha?

— Si, solo que, estaba pensado en...

— ¿En?

— Olvídalo, hasta luego.

[•]

¿Realmente odiaba a Loba?

Por alguna razón, la quería complacer, quería tocarla, besarla y hacerla sentir mía.

Pero mi cabeza simplemente me repetía una y otra vez que no.

Hate and Love [Lobalore]Where stories live. Discover now