CAPÍTULO 4: Amanecer

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TRADUCCIÓN POR abril_av


Cuando Lauren se mudó, había comida para gato en la alacena de la cocina, una bolsa tan grande y pesada, que Lauren se preguntaba como es que su abuela se las ingeniaba para meterla a la casa ella sola. Se sentó en el estante inferior, burlándose de ella misma. Esto es lo que has heredado, una casa y una tumba, vecinos ruidosos y un montón de gatos extraviados.

Pateó la bolsa con enojo y se alejó tan rápido como pudo sin la sensación de que estaba huyendo de croquetas de gato.

Los callejeros llegaron de todos modos. Seis o siete cada día, algunos viejos y frágiles, algunos jóvenes y juguetones, una familia, Lauren no lo creyó. Se sentaron en la puerta trasera de la abuela – su puerta trasera – sin maullar, pero mirándola, sus ojos haciendo hoyos en la madera. Lauren los dejó.

Ellos seguían volviendo. Cada mañana de la primera semana que Lauren vivió en la grande y silenciosa casa, los gatos se sentaron en la parte trasera, esperando.

"¡Ella está muerta!" Lauren les gritó al final de la semana. "¿No saben que está muerta? ¡Se fue y están solos! ¡Váyanse!" Azotó la puerta, dejó a los gatos mirando, como siempre lo hacían.

Se preparó el desayuno en su cocina, pero no comió. Una hora después, Lauren finalmente miró hacia afuera por la ventana de la cocina al porche, y por supuesto, los gatos aún estaban ahí.

Entonces Lauren los alimentó, ese día y al día siguiente, por semanas y meses y después un año. Cuando la primera bolsa de alimento se terminó, Lauren compró otra, y solo los siguió alimentando.

Ella no era una persona de animales, no intentaba tocarlos y ellos no se acercaban a ella. Sin embargo, un gato, Lauren lo tomó en cuenta. Eran sus ojos - Lauren estaba muy segura de que ese gato era una chica, ningún chico nunca tendría esos ojos – le quemaban la piel, mirando, esperando, sabiendo. Lauren no estaba segura de lo que la gata sabía. Tal vez solo donde encontrar comida o humanos amigables, tal vez donde estaban las ratas más rápidas de la cuidad. Tal vez más. Ella no le diría.

Ella empezó a llamarla Gata. No era como si la reclamara o pensara que era suya, ella solo necesitaba algo para llamarla.

Gata vino cada día.

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Por semanas Camila fue como un sueño. Etéreo, irreal, existente solo en la oscuridad, como una de las estrellas de las que parecía gustarle tanto hablar mientras escarbaba alegremente en la basura de Lauren y Lauren se quedaba parada, absorta.

Por semanas Camila solo existió en cierto lugar y solo en cierto tiempo. Por semanas, Lauren estuvo soñando, y de pronto, ya no lo hizo más.

Era una tarde de Lunes, Cocoa's estaba vacío y Lauren estaba sacando la basura al callejón detrás de la pequeña tienda de café porque era una amable y servicial empleada. Eso y que estaba empezando a oler y Lauren había perdido el volado contra Normani, quien era la otra persona que trabajaba ese día.

El callejón era uno largo que Cocoa's compartía con muchas otras tiendas a su alrededor, por lo que Lauren no estaba tan sorprendida cuando, mientras lanzaba la basura al contenedor, vio movimiento por el rabillo de su ojo. Sin embargo, si estaba sorprendida cuando giró ligeramente su cabeza para ver que el movimiento venia de una figura familiar, un poco más pálida a la luz del día y de cabello castaño, se inclinaba sobre el costado del contenedor de la tienda de muebles adyacente y excavaba alegremente su contenido.

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⏰ Última actualización: Apr 15, 2021 ⏰

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Through her eyes ➸ camren [TRADUCCIÓN ESPAÑOL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora