Pasaron las fiestas y llegó el ansiado viaje a Nueva York, Betty se moría de los nervios y Armando, apenas si podía disimular la alegría que sentía frente a una amargada Marcela, que decidió irse por un par de semanas a visitar a María Beatriz a Berlín, donde había pasado el fin de año. Volarían el mismo día, Armando a primera hora de la mañana y ella de noche, lo prefería cuando era un vuelo transoceánico, por el tema del jet lag, se le hacía más suave el efecto.
Don Hermes y doña Julia, vieron tranquilos como una elegante furgoneta de color blanco, contratada por los señores de Mendoza para que les llevase a todos al aeropuerto, paraba a la puerta de la casita de Palermo y don Armando bajaba de la misma para recoger a la niña. Don Roberto, también se apeó y pasó a saludar a los papás de Beatriz, cosa que agradecieron mucho, los señores de Pinzón y sobre todo Armando y Betty que se sintieron apoyados y arropados por el caballero.
Al fin se vieron sentados en el avión, ella del lado de la ventanilla y él abrazándola por los hombros y portándose como un autentico enamorado. Doña Margarita, que estaba justo al lado de su hijo del otro lado del pasillo, lo observaba sin disimulo.
Doña Margarita.- Roberto mi amor, Armando se está portando especialmente atento con su secretaria, o son imaginaciones mías.
Don Roberto.- Se porta especialmente atento, exactamente como se portaría con su prometida.
Doña Margarita, sorprendida.- ¿Prometida?... ¿es esta mujer esa amante de la que habla Marcela?...
Don Roberto.- Obsérvala en estos días y te darás cuenta de como es la futura mamá de tus nietos. Porque por lo que me contó tu hijo, en cuanto tenga el divorcio de Marcela, vamos a tener boda y bautizo en el término de lo inmediato... y por cierto, no le vayas a decir que es su amante, porque te dirá muy serio, que es su mujer, su única mujer.
Doña Margarita, con gesto de fastidio.- ¡Vaya con la doctorcita!... y parecía tan modosita y formal... ¡si Marcela supiese!... parece que ese cambio de look fue definitivo...
Don Roberto.- Armando y Beatriz están enamorados y manteniendo una relación desde hace más de un año, mucho antes que ella cambiase de imagen...
Doña Margarita, asombrada.- ¡¡No lo puedo creer!!... ¿Armando con ella como era antes?...
Don Roberto.- Pues sí, él supo descubrir detrás de esa imagen desastrosa a la mujer de su vida. Mi amor, Armando ha cambiado mucho y para bien, y ha sido el amor de ella, esa relación la que lo cambió. Y... bueno, es una chica muy joven, solo tiene veintiséis años y Armando es su primer hombre... a la antigua mi amor, como nosotros... ambos están deseando que todo termine y poder normalizar su relación. Ella lleva muy mal el ser “la otra”, solo ha cedido por lo mucho que quiere a Armando, y él a su vez, no sabe como compensar todo lo que ella hace por él. Este viaje tiene mucho de negocios, pero también es por ella, para regalarla y consentirla.
Doña Margarita, asiente.- Veo que estás muy informado, ¿Camila sabe?...
Don Roberto.- Sí, solo faltabas tú... Camila se ha hecho muy amiga de Betty, ya sabes lo cómplice que siempre ha sido con su hermano.
Las instrucciones de los auxiliares de vuelo con respecto a la seguridad les interrumpen y ellos les atienden educados.
Cuando llegaron al aeropuerto JFK, un blanco manto, lo cubría todo, excepto las pistas de aterrizaje, que las máquinas quitanieves se afanaban en mantener despejadas.
Betty hacia comentarios felices por la belleza de lo que observaba desde la ventanilla del avión, era la primera vez que veía nieve. Armando, relajado y feliz, le daba besitos en la mano que le sujetaba y en la mejilla, disfrutando de la alegría de ella.

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Historias de Betty, la fea
FanfictionEstas historias no son de mi autoría, son de una plataforma llamada Tapatalk, las subo porque muchos foros ya han desaparecido y ustedes tiene que leerlas son maravillosas,cada una diferente pero con el mismo amor al escibirlas, si algún autor/a de...