Capítulo 1: Regresar a casa

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-Capitulo uno-

Regresar a casa

Tomo un último sorbo a mi café, volviendo así al trabajo para comprobar que todo esté en orden. Guardo algunos de los informes de los casos resueltos, y tacho de mi cuaderno uno de los casilleros de las cosas que ya hice; se puede decir que soy un poco controladora en mi trabajo, pero es que me gusta que todo esté ordenado y en su determinado lugar. Además, teniendo en cuanta que está temporada fue complicada por así decirlo, pasando del hecho de que la mayoría de las personas que están en la cárcel fue porque colaboré para que lo estén.

Bueno a este paso es muy difícil de entender como a mis 25 años sea la dueña de un buffet de abogados. Es muy simple es que antes era de mi abuelo, pero al momento de morir en el testamento especificaba que el dueño legítimo de cada uno de sus buffet sería yo. Al principio fue un poco difícil, pero al tener la ayuda de algunos socios no fue complicado. Aunque hay algunos que todavía no me aceptaron del todo, pero bueno la vida es así uno no puede contentar a la gente todo el tiempo. Lo bueno es que tengo amigos que me ayudan a distraerme un poco...

Levanto la cabeza de los papeles cuando comienzo a escuchar murmullos afuera de mi oficina. Suelto un suspiro porque ya se de quienes se trata.

—No puedes entrar así, ya hablamos de eso.

—Es mi amiga, siempre lo mismo contigo.

—Sí, pero también es mi socia y dijo hoy específicamente que no quería que nadie la moleste.

—Si si ahora salte que necesito hablar con...

—No!! Ya te dije que...

Ambos paran de hablar o mejor dicho gritar cuando abro la puerta de mi oficina— Dios, son como niños no se todavía cómo no son pareja si son tal para cual.

—Ni aunque fuera el último hombre en la tierra estaría con él.

—Ni que fueras la última vagina en el mundo me acostaría contigo.

Los dos hablan al mismo tiempo, la verdad es que sé, que tuvieron algo en el pasado y aunque no lo digan. Los conozco muy bien a ambos.

—Pueden callarse— digo poniéndome una mano en la cintura y la otra en la puerta para abrirla un poco más— Maddie entra y Jake puedes alcanzarme los archivos que me faltan por revisar—ambos asienten y hacen lo que les digo.

—Sabes a qué hora te iras–dice mientras se sienta en uno de los sillones.

—Tengo pensado hacerlo dentro de un par de minutos, ya las cosas están en el maletero de mi auto—mientras hablo miro a través de la ventana. Al encontrarse mi oficina en el ante último piso del edificio, tengo una buena viste de toda la ciudad.  

—Amiga sé que no quieres que hable para no traer el pasado al presente pero que pasaría si....

—Pasado pisado recuerdas– digo al momento que me doy vuelta y la miro a los ojos.

—Pero y si te lo cruzas o chocas con él...

—Y yo creo que vez muchas películas y lees muchos libros de romance.

—Ay mejor me callo. Además, mira quién lo dice Shakespeare y los otros que ni me acuerdo sus nombres. Son tantos que la mente no me da, y también esas autoras de los libros eróticos—dice lo último y hace un baile con sus cejas, haciendo que comencemos a reír porque nunca le sale.

Teniendo en cuanta lo que dijo es verdad, mi mejor amiga comenzó a amar la lectura porque siempre le prestaba o recomendaba alguno de mis libros favoritos. En eso somos iguales, teniendo en cuenta que Maddie es la más extrovertida de las dos; ella era la que siempre me sacaba de fiesta o me hacía bromas. Algunas veces nos íbamos solas de acampada por un par de días.

Algo ExcepcionalWhere stories live. Discover now