*Tres mujeres en casa*

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No había nada tan molesto para Dorian que no poder dormir hasta la hora que quisiera, un día de vacaciones

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No había nada tan molesto para Dorian que no poder dormir hasta la hora que quisiera, un día de vacaciones. Por eso cuando empezó el ruido: las risas, la música, la batidora... no se detuvo a pensar por qué eran, sino que tomó una almohada y se cubrió las orejas con ella. El silencio solo le duró unos segundos, luego otra vez la batidora. Gruñó bajo la almohada y lanzó la misma contra la pared. Estaba despierto. No podía hacer nada para volver a dormir. Se quedó tendido por un rato viendo el techo y pensando: ¿qué carajos estaba pasando allá afuera?

Agudizando su oído, descifró las voces de tres mujeres... "¿tres mujeres?"

Abrió más los ojos y recordó que Natalie había pasado la noche en la casa.

Se levantó de la cama de un salto y fue hacia la cocina sin pensar siquiera en lo que llevaba puesto (o no llevaba puesto), y esperando encontrar a Lucy muy confundida por la presencia de esta extraña en la casa; por el contrario, lo que se encontró fue un trío de mujeres disfrutando de un desayuno, muy a gusto, charlando y riendo de quien sabe qué cosas.

—Am... buenos días— dijo Natalie parada desde la cocina con una licuadora en la mano.

Cuando lo vió, se detuvo en seco y cambió su expresión, luego rápidamente se volvió y continuó con lo que estaba haciendo.

Su tono avergonzado intrigó a Dorian, y siguiendo la misma rápida trayectoria que hicieron sus ojos, él también bajó la mirada y comprendió que sólo llevaba puesto su calentador.

"¿Qué? ¿Acaso nunca había visto un hombre semidesnudo?" ... ya le había confesado antes que no era virgen, así que la respuesta para Dorian, era obvia ¿Por qué hacerse la inocente?

¿Estaba fingiendo de nuevo?

—Ven, hijo, acompáñanos. El desayuno que nos preparó tu novia está delicioso.

–¿Quién? — miró confundido a Lucy, pero la expresión de culpabilidad de García le explicó todo por sí solo—...Ah...claro...mi novia.

Pese a su terrible actuación, Lucy no notó nada extraño y continuó hablando sobre los pancakes de avena y el hecho de que nunca se le había ocurrido hacer algo igual.

—Como si alguna vez nos prepararas desayuno—murmuró con desprecio el chico, mientras caminaba hacia la cocina pasando junto a la chica.

Lucy no lo oyó, pero Natalie sí, aunque solo lo miró sin decir nada.

—¿Qué haces, hermano? También hay pancakes para ti aquí—comentó la hermana desde su asiento en el mesón.

Era una cocina abierta con una pequeña isla-mesón que lo dividía de la sala, por lo que su hermana podía ver lo que estaba haciendo desde ahí.

Dorian levantó la cabeza por encima de la puerta de la nevera y miró a García.

—¿Enserio?

Falsa Reputación (Por completarse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora