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El dolor de cabeza que Draco sintió en ese momento, era increíble. Abrió los ojos y volvió a cerrarlos con fuerza al sentir sus párpados débiles. Deslizó una mano por su cabello y se sentó en el borde de la cama, intentando despertar por completo. Sus pies tocaron el frío piso y se deslizaron hasta sus pantuflas verdes. Se levantó con cuidado y abrió los ojos poco a poco. Zabini seguía durmiendo. Caminó hasta la cama del moreno y lo tambaleó haciendo que este despertara soltando un gruñido. 

—¿Qué mierda quieres? —Preguntó. 

—Despiértate idiota. 

Diciendo eso, se dirigió al baño en donde lavó su rostro y dientes. Un Zabini se levantaba con dificultad de la cama. Se tambaleó por la habitación con el ceño fruncido y sin saber a donde quería llegar. Draco salió y miró extraño al chico que daba vueltas.

—¿Qué haces? —Preguntó Draco. 

Zabini se detuvo y observó atónito a Draco. 

—¿Qué día es hoy? 

—Lunes. Muévete que tengo hambre. 

El rubio se acercó a su cama y sacó su uniforme mientras comenzaba a cambiarse. Blaise se quedó frotando sus dedos en su frente. 

—¿Qué pasó ayer? 

—No lo recuerdo, estábamos realmente mal. 

Zabini y Draco salieron de la habitación. En la sala común estaba Pansy con una mirada perdida en la nada y una mano en la cabeza, como aliviando el dolor. Los miró y frunció el ceño, caminando rápidamente hacia ambos. 

—¿Qué carajos pasó ayer? 

Ninguno lo sabía realmente. Habían decidido hacer una "pequeña" fiesta para celebrar el cumpleaños de Draco que había sido un miércoles pero no habían podido hacer nada así que organizaron aquello. Saben perfectamente que las fiestas de Slytherin nunca terminan bien pero ¿tanto así? 

—No lo sabemos, Parkinson. Cambia esa actitud —Respondió Draco—. Vamos al comedor. 

Zabini y Pansy asintieron caminando al lado del rubio hacia el comedor, como si no se sintieran mal. Miraron a pocas personas en el lugar, era muy temprano a pesar de la fiesta. Tomaron lugar y comenzaron a desayunar tranquilamente. La pelinegra le había dado a los chicos una poción para aliviar el dolor y no sentir ascos todo el día. Todo iba tranquilo hasta que un Gryffindor con gafas entró al comedor con una seguridad y una sonrisa. Blaise lo notó y solo lo miró un poco. El chico buscó al trío y se acercó hacia ellos. Blaise frunció el ceño extrañado y dio un pequeño codazo a Draco quien estaba muy ocupado colocando mermelada a su pan. Estuvo a punto de gritarle al moreno cuando miró en dirección a la que este miraba. Potter iba hacia ellos. 

Tragó saliva y miró a Pansy. La chica levantó una ceja y volteó notando como el chico caminaba tranquilamente hacia ellos sin dejar de sonreír. Cuando Harry estuvo cerca de Draco, el rubio estaba a punto de preguntarle qué quería pero unos labios lo habían interrumpido. 

Blaise y Pansy abrieron mucho los ojos mientras Draco los había cerrado con el ceño fruncido por aquello. Cuando Harry se separó, colocó su dedo índice en la barbilla del rubio y sonrió. 

—Buenos días, Draco —Susurró Harry antes de darle otro beso. 

Draco no sabía que decir y cuando iba a preguntar por qué lo había besado, este ya se había dado la vuelta, no sin antes haber tomado el pan de Draco. 

—¿Qué fue eso? —Preguntó Pansy cuando Potter se había alejado. 

—No lo sé —Respondió Draco, todavía mirando como el pelinegro salía del comedor, comiendo aquel pan que le había quitado al rubio. 

—No sabía que le habías dicho lo que sentías —Dijo Zabini tomando un pedazo de tocino. 

—No lo hice, idiota. ¿O si? —Se cuestionó. Realmente, no sabía nada del día anterior ¿Qué tal si había buscado a Harry y en su borrachera le había confesado todo? Un momento ¿Harry también gustaba de él? Espera ¿Harry lo besó? 

—Harry te besó —Susurró Pansy como si estuviera leyendo la mente de Draco. Este asintió todavía muy confundido por todo. No era algo nuevo que a Draco le gustara Harry, los tres lo sabían, lo único que no sabían era que el sentimiento era mutuo. 

Desde la mesa de Gryffindor, algunos miraron aquello sorprendidos pero Ginny era la peor reacción, había enterrado su tenedor en su desayuno y apretaba con fuerza su puño.

Cuando acabaron el desayuno, se dirigieron a clases. Draco evitaba encontrarse con Harry porque, aunque le gustara mucho, no quería sentir como si estuviera obligando al pelinegro ya que no sentía que se lo hubiera dicho y que Harry le haya contestado "tu también me gustas". Aquel beso no se había comentado de nuevo y siguieron con su día normal. Iban camino a la biblioteca cuando un chico gritó a sus espaldas. 

—¡Zabini! 

El mencionado volteó extrañado por la voz. 

—¿Si? 

Ron se acercó a él con una sonrisa y Draco levantó una ceja. Pansy lo tomó del brazo y lo hizo un poco hacia atrás, dándole espacio a ambos chicos. 

—¿No me dirás algo? —Preguntó Ron. Zabini se quedó completamente en blanco.

 —¿Algo de qué o qué? 

—De lo que te dije ayer. Te dije que es muy importante para mi y que necesitaba aquello que me prometiste. No lo olvidaste ¿verdad?

Zabini abrió mucho los ojos y miró hacia otros lados. 

—No, amor. ¿Cómo lo voy a olvidar? —Respondió. Ron soltó un suspiro aliviado y volvió a sonreír. 

—Bien, gracias. Te aviso cuando lo necesite ¿sí? —Dijo, dándole un beso en la mejilla y dándose la vuelta. Zabini volteó hacia sus amigos lentamente y Pansy lo miraba seria al igual que Draco. 

—Lo olvidaste ¿No es así? No sabes de lo que habla —Soltó Pansy. 

—No recuerdo absolutamente nada. 

Pansy bufó y Draco soltó una pequeña risa burlona. El trío sabía que Zabini tenía una relación con Ron desde hacía ya 2 meses, no era sorpresa. Lo que era sorprendente, es que Zabini fuera el que había olvidado algo y no Ron. Caminaron a la biblioteca hablando un poco de aquello, haciendo que Draco riera cada vez más de su amigo. Pansy se había unido a las risas y cuando entraron, una castaña frunció el ceño al verla. Cerró su libro con fuerza y miró a Pansy casi matándola con solo los ojos. La chica notó eso y miró atrás suyo, esperando que alguien estuviera detrás y no fuera para ella. Cuando Hermione comenzó a caminar en su dirección, abrió mucho los ojos asustada. 

—Oh no... 

—Parkinson —Dijo Hermione—. No puedo creer lo que hiciste anoche ¿Estás consciente de lo malo que fue eso? 

—Realmente no. 

La castaña abrió la boca a punto de gritar y recordó en donde estaban. 

—No puedo creerlo. No sé por qué me sorprende la verdad —Dijo Granger, rodeando a los chicos y saliendo de la biblioteca—. Ah y devuélveme mi suéter —Se giró y se fue. Pansy miraba como Hermione se iba y luego miró a ambos chicos. 

—Debemos de averiguar que mierda con los Gryffindor. 

Ambos asintieron y los tres volvieron a mirar como Hermione caminaba molesta por el pasillo.

¿Qué mierda con los Gryffindor?Where stories live. Discover now