✧Capitulo 34✧

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6:00am del día siguiente — Martes

Era claro que nadie había podido conciliar el sueño luego de aquella batalla perdida. Y como en cada batalla, se habían perdido vidas. A pesar de no poder dormir, Kuroo ya les había hecho la costumbre a todos de levantarse tan temprano.

Y ahí estaban. Todos por la mañana en la sala en la que Kuroo solía hacer de profesor. Solo que esta vez, faltaban cuatro personas.

—¿Donde esta Kuro?

La pregunta llegó a oídos de todos ellos. Un escozor vibrante recorrió sus cuerpos en ese momento.

—Esta en el baño —Respondió Bokuto, inerte ante la duda.

Kenma tragó saliva —Voy a ir a buscarlo.

Antes de poder atravesar la puerta, sintió como fue cogido de la muñeca para evitar que siguiera caminando. Bokuto le negó con la cabeza.

—Déjalo, Kenma.

Sabía lo que Kuroo hacia allá dentro. Tal vez era mejor no saberlo, y tal vez Bokuto tenía razón. Tal vez, era mejor dejarlo solo.

En ese baño tan pequeño, con las luces apagadas y totalmente solo. Kuroo se encontraba ahí, no había salido desde que llegaron a las once y media del día anterior. Estaba exhausto, había tomado tres duchas, se había lavado diecinueve veces las manos y aún así se seguía sintiendo sucio. Más que nada, culpable.

La culpa recorría toda su sangre y lo hacia hervir de furia, impotencia y remordimiento. No importa cuántas veces rasguñara la pared, cuantas veces golpeara el lavamanos o cuantas veces gritara internamente lastimando su garganta. No importa cuántas veces hiciera una pataleta como si fuese un niño pequeño. Solo no podía deshacerse de ese enorme sentimiento de culpa.

Entonces ahí estaba, debatiéndose entre el miedo y la culpa. Empezando a preguntarse ¿Qué hizo mal?

¿La respuesta? Fue fácil, hizo mal muchas cosas, quizá todo. Y más que nada, perdió un compañero. Pero sin duda se hubiera quedado con él aquella noche, si tan solo hubiese sabido cómo salvar su vida. Pero fue imposible.

Aunque, todas esas horas en el baño no fueron en vano, pues por la mañana había decidido que hacer. Y una vez más, no lo haría solo. Las última palabras de Kageyama se repetían en sus oídos desde la noche anterior «Si muero no caigo solo»

—¡Haber! —Gritó entrando en la sala, para luego dirigirse a su escritorio y ponerse los lentes que había encima de él —Yo se que todo se fue para la mierda... —Vaciló, dejándose caer de espadas en la mesa.

Todos asintieron dándole la razón.

—Yo se que Akaashi y Atsumu están en un estado grave, justo ahora fuera de la sala tendidos en sus camas como moribundos.

Asintieron nuevamente.

Kuroo se estiró y acomodó como si fuese a dormir encima de aquel escritorio —¿Pero saben que? Que tenemos una ventaja, pequeña pero aprovechable. Y vamos a tomarla.

Aquel Martes, por órdenes del que está detrás de todo ese club, Sakusa se vió en la obligación de cerrar temporalmente Euphoria.

—Hay que tomar aquella ventaja... como la última para todos.

Fue la primera vez que pasaba algo así.

—Pero para todos nosotros. No fue ni más ni menos... que la primera vez en mucho tiempo, que tuvimos un descanso.

Claro que, la palabra descanso solo significaba no trabajar por las noches, por que ellos seguían atrapados en ese lugar por culpa de sus censores. Pero fue un descanso de todo, de alcohol, de clientes, de sexo y sobre todo, de autocontrol y reconocimiento hacia ellos mismos. Para averiguar ¿Qué harían? ¿Qué sería de sus vidas? ¿O al menos tenían una?

✧𝗘𝘂𝗽𝗵𝗼𝗿𝗶𝗮✧ AU - HaikyuuWhere stories live. Discover now