20 - 류진: La Verdadera Historia

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¿Saben? Ya ni necesito alarma. El llanto de Freddie siempre me despierta. 

— Vas tú por Lizzie. — me miró Beomgyu, dándose vuelta en la cama. 

— Siempre me ocupo yo de la revoltosa y hermosa Lizzie. —me levanté, y la tomé en mis brazos: — Shh, tranquila pequeña, mami ya está aquí. Mira, aquí estamos, con tu padre. 

Beomgyu le tomó su pequeña manita, de una manera tan bella y tierna que es imposible sonreír a cada rato. Es que, díganme, ¿a quién no le gustan los bebés? Son adorables. 

— Y aquí está tu hermanito, Freddie. Míralos, tienen tus cachetes. —me sonrío Beomgyu: — Iré a hacer el desayuno. 

— Espera, ¿hoy no tienes la cita y la práctica con los chicos? Nos espera una gran gira en Tailandia. 

— Oh por Dios, ¿era hoy? Gracias por decirme, cielo. Lo siento, no estaré contigo entonces esta mañana. Además tengo poco tiempo para llegar a horario. — me miró triste. Estaba muy complicado con la nueva gira en Tailandia. Muy atareado. 

—  Tranquilo, estaré bien. Puedo llamar a mi hermana. Ve. Pero primero, dame un beso. —nos dimos un cálido beso, y fue a vestirse. 

Somos cantantes más que atareados ahora. Tenemos responsabilidades, y la más importante, por supuesto son los niños. Y no quiero un servicio de niñera ni nada. Tengo que practicar, estudiar, trabajar y todo lo demás con ellos encima. Pero no me molestaba. Agradaba su tierna e infantil compañía. 

Horas después del desayuno, Beomgyu se fue de la casa, y me puse a limpiar. 

— Freddie, ¿te parece cambiar esos pañales? —me reí ante la carita de inocencia pícara del bebé. 

¡Ding dong!

¿Quién podría ser? Aún no había llamado a Sanjuana. 

— Buenos días, en que puedo... —no era alguien a quien esperaba. Y no enojada ni nada de eso. Sino que fue muy sorprendente: — ¿Ryujin?

La azabache me abrazó. Le devolví el abrazo, aún confundida, pero lo hice. 

—  TN... Me he equivocado tanto en mi vida. Necesito hablar contigo, y disculparme. —tenía un rostro agotado y angustiado. 

Verdaderamente, me preocupaba. Yo ya no tenía una mente adolescente como antes que pensaba todo tipo de cosas sobre ella. Durante un tiempo, es más, me puse a analizar ciertas cosas de todo aquello. 

— Si, pero, pasa por favor. Voy a preparar té. Oh, espero mis hijos no te molesten. 

—  No, para nada. Son como tú: bellos y adorables. Ya sabía que tenías hijos. Felicidades. ¿Cuántos meses tienen? —sonrío levemente. 

—  Tienen 7 meses. Ella es Lizzie, y él es Freddie. —le mostré a los niños que estaban en sus respectivas cunas. 

— Qué belleza. Oye, es algo muy largo lo que quiero contarte. Espero no te moleste.  —comenzó a levantarse del sofá.

— Hey, no no, no molestas. Yo te estaba sola. No hace mal de vez en cuando un poco de compañía, ¿sabes? —le tomé su mano y le indique que se sentara.

— Pero es que... Yo no entiendo cómo es que no sigues enojada conmigo. Después de haberte robado novios y crushes. —pestañeó nerviosa.

— Ryujin, han pasado 7 años, casi 8 desde que terminamos la secundaria. ¿Tan rencorosa me ves? Pues no mi ciela. No lo soy. Nunca guardo rencor por nadie. —puse el té en la pequeña mesa y tomé asiento— Solo por mi padre. Bueno, dime qué querías hablar.

— Está bien. Pues, yo... Me quiero disculpar con lo que hice en el pasado. —movió nerviosa sus dedos.

— ¿No me escuchaste? Te perdono. No hay nada de odio que guarde de ti del pasado.

— Es que, te explicaré por qué yo hacía todo eso. De robarte novios y eso. —tomó un sorbo de té, y respiró profundo.

— Cuéntame. No diré nada.

— Mi padre, Jung Wook, era un hombre muy ocupado: yo siempre estaba con mi mamá organizando la casa, y mi padre llegaba ebrio a casa, y le pegaba a mi madre. Luego, ella murió de un paro cardíaco. Quedé sola con mi padre. Yo tenía unos... 13 años, más o menos. Él seguía llegando ebrio, y siempre me preguntaba si había estado teniendo relaciones con otro hombre. Yo solo le decía que solo estaba con Yeji y Lia, la verdad. Él reaccionaba a eso con un: "eso espero, mi niña".
«Un día, llegó muy ebrio a casa, y tenía olor a drogas encima. Para ese entonces yo tenía 15 años. Y, vino a mi habitación, yo dormía. Me despertó con la excusa de que necesitaba ayuda para buscar algo que no encontraba en su cuarto. Me encerró allí, cerró la puerta con llave, y comenzó a... —la azabache empezó a llorar y temblar. — Comenzó a tocar mis pechos, yo le decía que no, pero él insistía. Como yo no me callaba, me tiró contra la pared, me tapó los ojos y boca, y me empezó a viol-

Ryujin rompió en llanto. La abracé fuerte, sosteniendola. La pobre lloraba con desesperación.

Había razonado muchas cosas de ella, pero en ninguna de mis teorías había salido semejante cosa.

— Ya, tranquila. Toma un poco de té. Respira. No hace falta que continúes si no quieres...

— ¡Debo continuar! —insistió, y retomó la postura para seguir hablando—. Después de esos abusos, que eran diarios, empecé a ver los chicos de la escuela como una fuente de distracción. Mala elección. Y yo, nunca tuve relaciones con ellos porque no llegaba a ese punto. Menos que mi papá me obligaba a tenerlas con él. Solo por querer tener una figura masculina. Pero me equivoqué. Yo buscaba una nueva figura paternal, no un novio o distracciones. Yo... Por eso lamento tanto todo. Aunque mi adolescencia con mi papá no inculque que haya tenido que hacerte eso, y lo sé. Yo estaba equivocada. —se secó las lágrimas.

— Todos tenemos nuestro pasado oscuro, Ryujin. Hasta yo. Mi padre toda su vida quería que yo fuese parte de su mafia china, pero nunca lo acepté. Pero, ¿nunca hiciste una denuncia? —le pregunté.

— Hace poco. Ya está en prisión. Esas noches que él me hacía esas cosas, me amenazaba con que si decía algo, me mataría o mataría a Lia. Él era policía. Así que no pude decir nada.

— Mierda. Siento mucho haber escuchado esa historia. Pero es bueno que te hayas desahogado, linda. Gracias por ser honesta conmigo. —nos abrazamos con fuerza. — Ya no tengas miedo, el peligro pasó.

Al final, nunca juzgues antes de tiempo a los demás. Nunca sabes qué es lo que viven.

Debes ser bueno, sin dejarte manipular, pero comprensible.

Mi Pobre Angelito 2 || Imagina Beomgyu TXT||Where stories live. Discover now