Capítulo 11 [Editado]

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Capítulo 11

Ay Dios

Hoy es lunes y eso significa escuela. Escuela significa encontrarme con Ethan. Ethan significa vergüenza absoluta.

¿Cómo lo miro a la cara sin querer morirme?

Lo sé, no existen respuestas. Así que, como persona valiente, asumiré las responsabilidades de mis actos.

—Alison, despierta —mamá me mueve para despertarme.

—Ma —toso actuando.

—¿Qué tienes? —me pregunta y me mira como diciendo: No te creo nada.

—Me siento mal —me tapo más con la colcha y hago como si tuviera escalofríos…

—¿Qué tienes? —Toso. Ella me toca la frente —No tienes fiebre.

—Me siento muy mal —mi madre me mira preocupada.

—Está bien. No vayas a la escuela. Hoy tengo que trabajar, pero cualquier cosa me llamas. Tu padre debe regresar más temprano.

—Está bien.

¿Les he dicho que merezco un maldito Oscar?

—Ah, y no pienses que no sé que estás mintiendo. Te la paso porque te noto extraña desde ayer. Luego hablamos de tus motivos de no querer asistir a la escuela.

¿Acaso es bruja? Es hasta mejor actriz que yo, creí que me había creído.

Bueno, al menos no voy a la escuela. Salvada por mi madre. Es que ella es un sol.

(...)

Estoy en la sala en medio de mis hermanos viendo el televisor cuando de pronto ponen la princesita Sofía.

—Era una niña del pueblo, era feliz. —comienza a cantar Dylan.

—De pronto una princesa me volví. —le sigo.

—Y ahora debo entender cómo hacerlo bien —es el turno de Cole.

— ¡Tanto que aprender! —cantamos, o chillamos, los tres.

—Es increíble. Yo, que soy la más pequeña, soy la más madura —Anabel, como siempre, espiándonos.

Ah, por cierto, ya le expliqué a mamá lo que pasó y porque no quise ir a la escuela. Nosotras hablamos mucho, le tengo muchísima confianza. Nada mejor que una buena relación madre e hija. Por suerte, su reacción no fue tan mala. Se rio un poco y toda la cosa.

—Yo no —Decimos Cole, Dylan y yo cuando escuchamos que alguien toca el timbre de la casa. Anabel refunfuñando se para (ya que se nos había unido) y abre. Lucía entra.

—Hola —saluda.

—Hola —respondemos al saludo.

—Vengo a molestar.

En busca de un coreano ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora