Chloé

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Estando fuera del hotel, el par de rubios comenzó a caminar.

— Espero que ya tengas tu atuendo listo para esta noche  –comentó repentinamente el ojiverde, llamando la atención de su amiga

— Lo dices por la salida en grupo ¿Verdad? –el rubio asintió– No estoy segura de ir... –dijo bajando la mirada, recordando su sueño

— No, no puedes faltar. Esta noche será muy especial –sonrió mirando de reojo a la ojiazul– Una noche especial como tú

— ¿Qué?

— Que esta noche será especial, tan especial cómo tú. –se detuvo y mirándola de frente, acunó su rostro entre sus manos para acercarse y darle un beso en la frente– Así que no puedes faltar

— ¿Qué sucede? –dijo la rubia mirándolo con incredulidad

— ¿De qué hablas?

— Desde que andas tras Dupain-Cheng, no tuviste este comportamiento conmigo, así que es obvio que algo sucede

— Ahora es malo ser cariñoso con la niña que considero mi hermana. Solo deja de cuestionar todo y disfruta del momento –dijo antes de abrazarla con fuerza mientras sonreía

— Eres muy raro –sonrió la rubia– pero así de raro te quiero.

— Lo sé, lo sé –la abrazo con fuerza, escondiendo su rostro en los cabellos de la rubia– Y yo también te quiero mucho, es por eso que realmente espero verte está noche.

— Bien. –sonriendo lo tomo del brazo y comenzaron a caminar– A pesar de que tengo atuendos perfectos para esta noche, necesitaré algo nuevo ¿No lo crees?

— Quizás de una princesa te...

— No. Halloween es para dar miedo, por lo que no es una ocasión para disfrazarse de hadas o cosas tiernas.

— Y eso me encanta pero... en esta ocasión todos usaremos atuendos más... ya sabes, que sean más divertidos o "elegantes" –hizo comillas con los dedos.

— Bien, entonces eso significa ¡Ir de compras!–dijo emocionada sacando su tarjeta de crédito

Mientras la rubia comenzaba a hablar sobre las múltiples opciones que tenía, Adrien se limitó a escucharla y sonreír al verla tan emocionada.

Siete de la noche y los rubios ya se encontraban en una plaza cercana junto a un par de chicas que los saludaban emocionadas.

— Me alegra que vinieras, así podré agradecerte por lo que hiciste –dijo Juleka abrazando a la rubia y sacando de su bolsillo una pulsera

— ¿Agradecerme? –sin entender a lo que se refería, la rubia levantó una ceja mientras veía como la Couffaine le tomaba la mano para colocarle la pulsera

— Se que no es mucho y tampoco es como los accesorios a los que estás acostumbrada pero es una pequeña manera de agradecerte por lo que hiciste. –sonrió volviendo a abrazarla– Hubiese hecho algo más grande pero no conozco muy bien tus gustos.

Chloé sonrió y correspondió el abrazo con fuerza sintiendo la calidez que la Couffaine transmitía.

— No tienes nada que agradecer y la pulsera es y perfecta. –sonrió apoyando su menton en su hombro– Debo reconocer que tienes buen gusto –soltó una risita que fue acompañada por la de Juleka.

Ambas se separaron y sonrieron para acercarse a los rubios que las acompañaban.

No pasó mucho y los demás comenzaron a llegar y poco después iniciaron su caminata en grupo recorriendo las calles de la ciudad.

Sí, la amo ✓LukloéWhere stories live. Discover now