Acoso

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Tras aquel fin de semana, Juleka ya estaba de regreso en el instituto y sin mayor novedad todos regresaron a la rutina de clases y examenes.

Fueron dos semanas en las que se veía como Luka traía a Juleka en su motocicleta y al terminar las clases, el azabache la esperaba.

Así fue hasta que un día mientras esperaba a su hermana, vio como una chica se detuvo a unos metros de distancia. Y de igual manera ella miraba su celular para luego mirar el portón del instituto.

Debido a esas acciones, Luka entendió que ella también esperaba a alguien. Viendo la vestimenta de la chica, le pareció reconocerla.

Por su parte, la chica, sintió como alguien la observaba. Moviendo un poco la cabeza, vió al azabache, recargado en su motocicleta.

— Luka –se acercó a él.

— Hola... –saludó alargando la última vocal, con tono nervioso, al no recordar su nombre.

— No recuerdas mi nombre, ¿Verdad? –mostró una pequeña sonrisa

— Disculpa, no lo recuerdo, pero si te reconocí, porque eres amiga de Adrien –se defendió el ojiazul.

— Soy Kagami Tsurugi –se paró junto a él y nuevamente, miró el portón.

— ¿Esperas a Adrien? –la azabache asintió– De seguro por algún combate o algo así

— Es más simple. Solo vine para que me regresé mi casco de esgrima. Ayer lo dejé después del entrenamiento, me llamó diciendo que me lo regresaría hoy –dijo la azabache– ¿Y tú a quien esperas?

— Vine por mi hermana. Estuvo enferma y aún está un poco delicada –dijo, dirigiendo su mirada al portón

En ese momento, los estudiantes del instituto comenzaron a salir. Ambos azabaches buscaron con la mirada a quienes esperaban.

La azabache fue saludada por quienes la conocían, hasta que Adrien se acercó a saludarla.

— Disculpa por demorar. –dijo aún agitado por lo rápido que salió.

— No te preocupes. Luka me hizo compañía –mostrando una pequeña sonrisa, la azabache miró al ojiazul.

El rubio saludó a Luka y entregando su casco a Kagami, se despidió. Poco después, Juleka se acercó a su hermano y saludó a ambos azabaches.

— Ya debemos irnos. –dijo Luka, despidiéndose de Kagami– Nos veré...

— Olvide decirte que hoy iré con Rosita a comer –interrumpió Juleka, nerviosa.

— Pero...

— Mamá ya lo sabe. –le dió un besó en la mejilla a su hermano y se alejó rápidamente para encontrarse con la pequeña rubia que la esperaba al otro lado de la calle.

— Supongo que... Ella ya se siente mejor –murmuró Kagami.

— Eso parece –dijo Luka, haciendo notar que la había escuchado.

— Tienes un buen oído. Supongo que se debe a la música –ante el comentario, Luka asintió– Bueno, ya debo irme. Fue agradable verte de nuevo

— Si, lo mismo digo... –al terminar su frase, vió como cierta rubia se acercaba a él o eso parecía– Kagami

"¿Que estoy haciendo? Está podría ser la oportunidad de... No, no se puede" –pensó el azabache tomando el casco extra que era para su hermana.

— ¿Ocurre algo? –cuestionó Kagami, volteando a ver al ojiazul.

— Pues... Que te parece si te llevo a tu casa. Tengo tiempo antes de llegar a casa –le entregó el casco y sonrió

Sí, la amo ✓LukloéWhere stories live. Discover now