Una dama en un jardín...

la voz de mi corazón

Mei se encontraba corriendo, llego aquel lugar donde siempre pintaba.

Organizaba rápido y sin más comenzó.

Pintaba rápidamente su cuadro, parecía desesperada al terminarlo rápido.

Yamabuki le ayudaba con las mesclas que le daba Mei, como una instrucción.

-No creo que termines hoy...-Pronunció por fin Yamabuki algo, ante el silencio que solo demostraba desesperación.

-¡No digas eso, debo de terminarlo hoy o si no...!

Fue detenida la chica gracias al mayor, quien le quitó el pincel dejando a Mei con una gran confusión.

-¡¿Qué crees que haces!? ¡devuelveme mi pincel por favor!- Exclamó Mei.

-Lo lamento, no lo hare.

-¡Por Dios, entregamelo!

-No necesitas un cuadro para expresar cuanto amas a esa persona.-Dijo sin rodeos, dando justo al tema inicial. - »Ella si te acepta, que no sea por que le regalaste un cuadro, que lo haga por que le regalo algo más valioso, y que es una verdadera obra de arte, tú corazón...

Mei lo miro, Yamabuki solo le entrego su pincel, sonrio y comenzó a retirarse lentamente de aquel lugar, dejandole pensativa a esta.

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25 minutos para que se le confiese.

Mei corria desesperadamente buscando a aquella dama que tanto quería, queria pronunciar su nombre pero sus labios le temblaban y no se formulaban bien las palabras...¡era tan extraño!

Nene caminaba lentamente para ir donde Aoi le había acordado quedarse; en ese árbol.

No, no, no, no, no, no, no, no, no,

"...No la quiero perder."

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Recordaba cuando recién la había conocido, con una gran sonrisa y un leve sonrojo en su piel blanca y delicada.

Los primeros días que ella fue su guía y le mostraba todo aquel Instituto.

Cuando ella le confiaba varios de sus problemas...

No era su mejor amiga, y lo sabía, pero tuvo aquel lujo de ver todas las facetas de Nene. Cuándo estaba feliz, enamorada, avergonzada, enojada, asqueada, mareada, triste...

Tuvo el gran lujo de que en los ojos rosados de la mujer que tanto a querido, ser reflejada, parecia que cuando la miraba le clavaba mil espinas en su corazón, dejando aquella cicatris de todos sus recuerdos...

Para otras personas era normal, que Yashiro  sonriera, se enojara, se avergonzara, se enamoraba, pero para Mei era como el mejor regalo de cumpleaños o de Navidad.

Siempre la admiraba en silencio, era su Musa y toda su inspiración, no quería perderla, 3 años maravillosos a su lado...

Si la rechazaba, no le importaría, en lo absoluto. Sufriría, si, pero tampoco la obligaría a sentir lo mismo que ella.

Se enamoro por el mínimo calor de una persona que si era una humana, quien le mostró la amabilidad, cariño y demás.

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Su corazón latía a mil, corría lo más rápido posible, ya iba a alcanzar a Nene, ya casi...¡Ya!

-Ne....¡Nene-Chan!-. Su voz por fin pudo salir, tanto asi para llamar la atención a aquella chica y voltear por fin.- ¡Nene-Chan!

-¡Mei-San! -.Sonrió la chica para luego caminar hacia la más alta.-¿Qué haces aqui? Pensé que ya te habías ido a tu casa, ¿Eh? ¿qué pasa?-Nene noto como estaba de roja Mei, se cofundio y no supo que decir, "¡¿Acaso está enferma!?" Pensó la menor.-¿Te sientes bien?