Especial Dabi

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-Entonces... te iras con él?

-Si... creo que es lo justo.

-Mmh supongo- su voz apagada llamo la atención del alpha.

-Dabi... ya sabes que yo no...

-Lo se, solo fue sexo- sonrió de medio lado- yo fui quien lo sugirió, porque te vez más dolido que yo?

-Bueno... pasamos mucho tiempo juntos, es claro que te tome afecto.

-En serio? Acaso algo se daño en esa cabeza de ave?

-Callate idiota- le gruño en advertencia.

Hubo un largo silenció donde ambos alphas disfrutaban de la vista. Esa aldea había prosperado, llevaban medio año después de aquellos tratados de manadas y claramente el acuerdo había funcionado.

Dabi decidió quedarse ahí, donde había conseguido nuevos amigos y donde descansaba su hermano. No quería regresar a su manada, se sentía mal e incorrecto. Su padre... nunca lograria perdonarlo, ni aunque ayudara a la guerra... no podía.

Pero no podía impedir que Hawks se fuera... lo sabía.

-Mi padre es tu predestinado no?- solto de la nada.

Hawks se sorprendió y se sonrojo como idiota, trato de tapar su rostro con sus manos y tratar de recobrar la compostura, pero se sentí expuesto y a él no podía mentirle.

-Si...

-Supongo que por eso te gusta morder almohadas alpha~ -contestó con cinismo.

-Callate idiota, eres al único que le permiti meterme algo por el trasero.

-Y fue un honor- ninguno era emocional, era unos descarados, pero eso no impedía sentir afecto... y ambos se atraían.

No era algo visceral o instintivo, era algo que se logro por el tiempo y la confianza... estuvieron para el otro cuando nadie mas estuvo.

-Sabes... fueron buenos tiempos.

-Asesinando y tratando de sobrevivir?

-No... bueno ya sabes, el tiempo juntos.

-Estas en celo?

-Olvidalo- rodó los ojos -trató de ser honesto y lo arruinas.

El rubio empezaba a alejarse, pero fue sostenido por el mas alto. Sintió los brazos enredarse por su cuerpo y el como la nariz del otro se posaba en su cuello, r9bandole un gemido de placer.

Se conocían, sabían sus puntos buenos, sabían donde tocar para excitar al otro, sabían todo del otro... y eso los emocionaba.

-Tambien lo disfrute- le susurro al oído, provocándole escalofríos al rubio.

-Dabi...- gruño algo desesperado.

-Vamos -le tomo de la mano y lo arrastro a un lugar un poco lejano de la aldea, privado, pero al mismo tiempo funcional.

-Una... cascada?- se sorprendio.

-El agua hará mas débil mi aroma, no tendras que preocuparte por...

-Desde cuando eres considerado?- frunció el ceño.

-Si lo hago como siempre... él se dará cuenta.

-Da igual, tu padre tiene esposa e hijos, ni siquiera se si sabe lo que somos- poso sus manos en los pectorales del pelinegro y poco a poco las fue bajando.

Mi pecadoWhere stories live. Discover now