✿ OO2 ✿

1.3K 163 82
                                    

Deslicé el tenedor por las hojas de mi ensalada, el apetito no estando presente del todo el día de hoy. Quizás era mi sufrimiento constante el que me prohibía sentir regocijo por cosas tan exquisitas como un plato de comida recién hecho, pero como fuese, ciertamente no había nada que disfrutase lo suficiente.

Eso no era todo en realidad, los días transcurrían lentos y tortuosos, mi cabeza no pensaba en otra cosa que no fuese vivir mi próximo infierno al lado de Momo, y peor aún era que nuestra conexión no parecía querer aflorar. Se sentaba a mi lado en cada comida tal y como me había advertido, pero las conversaciones simplemente no surgían. Ella parecía distante, pensativa, hasta podría decir que traumatizada con mi presencia era lo más acertado. Yo en cambio, no tenía interés en saber lo que pasaba ni preguntarle sobre su cambio repentino de actitud. Gracias a ella, mis días parecían más difíciles de conllevar y sabiendo aquello, entonces ya no quería saber más.

El único momento en donde esbocé una sonrisa natural y sentí mi corazón calentarse de afecto, había sido después de tres largos días, a la hora de almuerzo. Ese día vi una cabellera familiar, anaranjada, y no fue hasta que reconocí a Tzuyu a un lado que supe que era Sana. Me acerqué sin pensarlo, la alegría en ambas al verme logrando un alivio involuntario en mis entrañas. Tzuyu cargaba a un bebé de aproximadamente cinco meses, la cual me presentó como Xiaoyu, la hija de ambas, y para ser franca, no sentí desagrado alguno. Les debía tanto respeto y amor, que verlas enamoradas con un bebé, me hacían apreciarlo y no despreciarlo. Eran las únicas que lograban aquello en mí, porque por más que Mina y Chaeyoung hubiesen sido cordiales conmigo, mi compasión por ellas era nula.

Caminé por los pasillos sin rumbo, metiendo una mano dentro del bolsillo de mi pantalón. Día a día me dedicaba a caminar por aquí y leer los letreros de cada cuarto, tratando de memorizarme los más de veinte pisos de edificio sin sentido alguno. No había más diversión para mí, o al menos debía utilizar el tiempo para algo productivo. Nunca se sabría cuándo necesitaría esconderme en algún cuarto vacío.

Era inaudito creer que fuera de los escenarios, ninguna de nosotras tratase de seducir a una portasemen con ropas cortas o escotadas. Llegué a pensar que en todo momento el coito sería forzoso e insistente, que todas tendríamos que alzarnos la falda o desabrochar algunos botones de la camisa para buscar algo más allá que un accidental toque de manos, pero mis pantalones de chándal sueltos y mi blusa negra de una antigua banda de rock, no decían lo mismo. Todas convivían con prendas casuales, como si fuese un hogar, pero con la única distinción de que este no era mi hogar y aquí todas éramos experimentos.

Yoo, esto no se siente bien...

Sé cómo te sientes, Hirai... —Me detuve al escuchar aquel apellido, olvidando por completo mi aventurero viaje por los pasillos.— Pero no puedes hacer nada para evitar tu próximo encuentro, ¿ya hablaste con ella?

No sé cómo iniciar una conversación así, menos con ella... —Hubo una pequeña pausa e imaginé que Momo se frotaba el puente de la nariz.— Ella sufrió tanto, incluso yo sentí ese dolor. Nunca me había tocado pasar por algo así, Yoo, hasta me siento avergonzada.

Mencionaste que ella te lo pidió, tú sólo cumpliste con tu deber como X y como pareja, Hirai.

¡Pero fue forzado!

No tenías muchas opciones. Trataste de complacerla, pero ella no está lista. La primera vez que te vio, fue un encuentro conflictivo y únicamente para mantener relaciones sexuales. Ella nunca había tenido sexo antes, tampoco ha lidiado con una persona como tú, es normal que se haya espantado. No supo conllevarlo y tú tampoco tenías cómo. —El silencio volvió a hacerse repentino.— Necesito que tengas una conversación con ella y le expliques tus límites, Hirai. Si eso no funciona, ambas deberían venir aquí.

Light in Dystopia ✿ Dahmo g!pWhere stories live. Discover now