Proceso de sanación de un jade herido.

Es mi culpa

Jiang Cheng estaba en el jardín principal, el sol comenzaba a saltar entre pico y pico en la montaña para esconderse, el cobre de la luz se reflejaba sobre su fino rostro; los pómulos afilados y su respingada nariz le brindaba sombras que envolvían de misticismo su mirada. El par de cautivadoras gemas acechan con ferocidad todo en cuanto se mueve, el viento que navegaba a través de sus túnicas hacía bailar los mechones de cabello que enmarcan su rostro. Y esas cejas, el toque de sofisticación que recalca su imagen de líder. Su figura no representa la belleza celestial de la que se jactan los Lan, sino de aquella que es capaz de tentar a los Dioses, de hacerlos bajar y asumir cualquier castigo por solo tener una probada. La belleza de un guerrero, varonil y fuerte, sería más fácil tomar del cielo estrellado a la Luna que acercarse a este hombre.

Xichen regresaba de buscarlo en sus habitaciones cuando lo vió de pie en el jardín, sabía que quería hablar con él un poco más pero también sabía que no quería alterar la imagen que observaba.

Pero claro, no podía tener un poco de dulce para él, la figura de Jiang Cheng perdía forma y cambiaba a un joven Meng Yao, disfrutando del clima veraniego. La primera vez que lo trajo a Cloud Recesses mostró asombro y maravilla por cada sutil detalle de su secta, podía verse a él mismo encantado por la sonrisa de A-Yao, casi recordaba el sutil roce de su cabello que volaba y lo tocaba cuando caminaba un paso tras él.

Cuando estaba por perderse en los detalles volvió a escucharlo, el repique que lo trajo de vuelta a su realidad.

Regresó su vista a Jiang Cheng, quien estaba rodeado por su sobrino y los dos juniors Lan, algo que dijeron no le agradó, delatado por sus brazos cruzados, ceño fruncido y las palabras descorteses que soltaba hacia Jin Ling.

-¡Tonterías! Cuando solucione esto podrás involucrarte, mientras tanto te concentraras en tus estudios en Gusu- Jin Ling posaba igual de indignado que su jiujiu- ¡Y ustedes dos!, no irán conmigo a ningún lado. Es peligroso y no pienso cargar con sus cadáveres de regreso, así que o se lo dejan a uno de sus shixiongs o iré solo; a final de cuentas éste líder no necesita que lo escolten. ¡Trío de pretenciosos! - Zewu Jun se acercó con una calmada sonrisa para intervenir, gritar está prohibido en Gusu.

-Líder Jiang, ¿sucede algo?- los juniors no habían visto de nuevo a su líder fuera del Hanshi desde que buscó a Jin Ling hace tres semanas, verlo con un gesto pacífico calmó un poco sus preocupaciones, quizás algo cambio que lo pueda traerlo de regreso a como era antes.- Dígame en qué le puedo ayudar.-

'El líder Jiang parece estar en constante estado de enojo'

-Claro, dígale a sus discípulos que no necesito que nadie vaya conmigo de regreso a Yunmeng Jiang.- JiangCheng reemplazó su pacífico gesto por un profundo ceño fruncido-

-Bueno, mi secta quiere ser de utilidad...- Jiang Wanyin tiene la mala costumbre de interrumpirlo.

-No regresaré directamente a mi secta, ¿acaso olvidó que teníamos otra misión, líder Lan?- enarcó una ceja inquisitiva, claro que no lo olvidó pero tampoco era necesario que lo mirara igual de denso que las veces que Jin Ling pregunta obviedades.

-...entiendo, hablaré con mi tío.- Xichen se sintió apenado y un poco tonto, últimamente eran emociones que lo visitaban seguido. Con frecuencia se sentía ridículo e inferior, incluso culpablemente tonto; no es que antes se creyera un iluminado pero si se consideraba un erudito, ahora que no podía confiar ni en él mismo se sentía en un ciclo interminable de ineptitud y estupidez.- Puedo acompañarlo a su habitación, si gusta.-

Jiang Cheng estaba un poco divertido por lo distraído que podía llegar a ser el líder Lan, pero hoy se abstendría de jugar con él. Supuestamente se reuniría con Huaisang para hablar lo que ayer no pudo, aunque conociéndolo posiblemente sea más "hablar un poco mientras beben", y lo que menos necesitaba era escuchar a A-Sang quejarse de no ser el centro de atención.- Sé el camino. Solo necesita lo más básico para mañana.- Jiang Wanyin no se retiró sin antes amenazar a Jin Ling con los ojos. Girando sobre sus talones, su figura se desdibujó a la distancia.