A través de mí

Capítulo 3: 1 semana antes.

Estiro el brazo para apagar la alarma. Las 7:15 de la mañana. Empieza la cuenta atrás. Me levanto para cumplir con mi tabla de objetivos diarios. Primero me doy una ducha de no más de 15 minutos, luego hago la cama y preparo mi habitación para convertirla en una pequeña sala de entrenamiento. Una vez tengo esto preparado bajo a la cocina para hacerme el desayuno: 1 taza de leche semi desnatada sin azúcar o con sacarina y 200gramos de alguna fruta. No debo de tardar más de 45 minutos en hacer todo esto, tengo la última competición en 3 días.

Después de recoger la cocina subo nuevamente a la habitación, pongo un poco de música y comienzo mis estiramientos. Las 8:03 de la mañana.

—Ollie, voy a marchar —me informa mi madre desde abajo — Tienes la verdura donde siempre para la comida de hoy.

—Vale.—contesto.

Escucho como se cierra la puerta, seguramente no la vuelva a ver hasta las 11 o 12 de la noche.

Pongo la música un poco más alta y una alarma a las 12 antes de seguir.

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Apago la alarma y estiro por última vez. Bebo un poco de agua y bajo la música. Salgo de la habitación, me detengo en la puerta del despacho de mi padre. La abro lentamente, está muy oscuro. Puedo diferenciar la silueta de mi padre aún sentado en su silla. Me adentro hasta la ventana y subo la persiana.

—Arg, Joder.— se queja.

—De nada.— miro su mesa llena de papeles— Te has vuelto a quedar dormido en la silla.

Se frota los ojos y se estira.

—¿Qué hora es?

—Las 12 y algo.— contesto saliendo de la habitación.

Bajo a la cocina para empezar a preparar la comida. He de comer a la 1:30 para luego seguir con otra ronda de ejercicios por la tarde.

Miro la hoja de la dieta. Lunes: 200 gramos de verdura cocinada con una cuchara sopera de aceite de oliva, 50 gramos de filete de vaca a la plancha, 50 gramos de patatas al horno y 100gramos de fruta.

Sí. Básicamente mi vida se basa en números. 

Abro la nevera y lo preparo todo con tranquilidad hasta la hora de comer.

Mi móvil comienza a sonar y me apresuro a cogerlo.

—¿Cómo estás?— lo apoyo en la pared mientras acabo de cocinar. —Veo que tienes las heridas mejor.

—Holi, sí algo mejor, me está tratando bastante bien.— contesta Jade.

—Menuda ostia te metiste. Al final ¿qué pasó con lo de la policía? Naomi no me ha dicho nada.— miro la sartén.

—Pues no lo sé la verdad. Te llamaba para desear te suerte y decirte que vamos a ir a verte.— Jade enfoca a Aslan que está tumbado en la cama a su lado.

—Seguro que lo haces genial Wonder women.—me anima.

—Bueno, no he podido ir al pabellón y hay cosas que no he podido entrenar.—les digo.

Aslan se incorpora.

—Mi primo tiene un gimnasio bastante grande, podemos pasarnos esta tarde si quieres. Igual te sirve.—dice antes de mirar a Jade.

—He ido y tiene colchonetas como las que usas tú.—me confirma ella.

—Pues me vendría genial la verdad.— pongo el filete en un plato.

—Vale pues sobre las 3 te pasamos a buscar.—me dice Jade.

—Vale perfecto, prepararé las cosas.