~Capítulo 19

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Después de aquella reconciliación, continuamos la vuelta.

—¿Qué había de comer? —preguntó Caspian en cuanto llegamos con el resto del grupo

—Es volcánica, señor —Rhince se arrodilló junto a la cesta—. No había mucho —le dijo

—¿Dónde está, Eustace? —me preguntó Lucy

—Me parece que no está ayudando a subir esto al bote —le respondió Reepicheep

Miré a los alrededores, pero no había señales de él. Con la prima comenzamos a llamarlo a gritos. Pero no obtuvimos respuesta.

Desde atrás de unas rocas, vi salir una humareda grisácea, y le avisé a la chica.

—Edmund, tengo un mal presentimiento —le dijo Lucy a su hermano

—Voy a buscarlo —le respondió

—Te acompaño —Caspian lo siguió

Al pasar frente mío, me entregó la espada que habíamos encontrado bajo tierra.

Drinian nos hizo subir en el primer bote que volvía al barco, queriendo mantenernos a salvo.
Y sin rechistar nos volvimos.

Estábamos en el barco, junto a Lucy, mirando hacia la isla, esperando a los 3 chicos que se habían ido. Pero no había señales de ninguno.

De repente, se escuchó un sonido estridente, que nos puso en alerta.

—¿Qué fue ese ruido? —le pregunto Lucy al capitán

—Es un volcán en erupción —respondí al ver salir una llamarada roja de entre las altas montañas rocosas que tapaban nuestra vista

—¿Es un volcán, señor? —le preguntó Gale preocupada

Se produjo un silencio, mientras él miraba fijo aquel lugar.

—Oh, no —exclamó—. Eso no es un volcán.

Y dicho eso, se alejó de nosotras, gritando por la cubierta que todos estuvieran alerta.

—¡Arqueros, tomen sus armas! —ordenó

Desde las montañas, apareció volando un enorme dragón con tonalidades marrones, y su cuerpo estaba cubierto de picos. El aleteo de sus alas se escuchaba a la distancia, rompiendo contra el viento. De su boca salió una larga llamarada.

Se acercó hasta el barco, volando muy cerca de los mástiles. Asustandonos por su excesiva y extraña cercanía.
Los dragones son animales poco sociables. Era extraño que se acercaran de manera voluntaria a los humanos.

Se paró en el mástil más alto, sacudiendolo y haciendo que caigan pequeños pedazos de madera.

Luego del grito del capitán, decenas de flechas fueron lanzadas contra el cuerpo del animal. Se empezó a retorcer, haciendo crujir aún más el mástil.

De pronto, cayó hacia atrás, luego de soltar un quejido, y se alejó volando al ras del agua. Escondiéndose por aquel lugar por donde había aparecido en primer momento.

Seguía viendo hacia la isla, cuando el dragón volvió a aparecerse, acercándose al barco.

—¡Edmund! —grité al verlo en las garras de la bestia, mientras sobrevolaban encima nuestro

Lucy se acercó con rapidez, y los vimos alejarse otra vez. En la cara del chico se notaba el miedo, mientras gritaba el nombre de su hermana.

Lucy y yo estábamos asustadas y preocupadas por Edmund. Habían pasado cerca de 10 minutos y todavía no había señales de él, de Caspian, ni de Eustace.

El aleteo del dragón volvió a escucharse acompañado de un rugido. Y los vimos volver a acercarse hacia nosotros.

El animal comenzó a descender su vuelo, dejando caer a Edmund sobre la cubierta y alejándose nuevamente.

—¿Estás bien? —preguntó su hermana sacudiendo sus brazos

Me tiré sobre él, abrazandolo con fuerza, y rompiendo a llorar en su hombro.

—La próxima vez que me enoje contigo, recuérdame que casi te mueres —le pedí entre sollozos

Edmund se rió, y comenzó a acariciar mi cabello, diciendo que estaba bien, y que no había nada de que preocuparse.

—Eustace —nombró a su primo—. El dragón era Eustace —añadió

—¿Cómo? —le preguntó Lucy

—Si, me llevó hacia unas colinas y estaba escrito "Soy Eustace" —le respondió—. No sé cómo, pero debo volver a la isla con Caspian.

—Iremos contigo —le dije tomando la manga de la camisa de Lucy

Edmund le pidió a Lord Drinian que preparara un bote para regresar a la isla, junto a nosotros también decidió ir el capitán, Tavros, Reepicheep, y Rhince junto a su hija.

El Viajero del Alba • 𝐄𝐃𝐌𝐔𝐍𝐃 𝐏𝐄𝐕𝐄𝐍𝐒𝐈𝐄Where stories live. Discover now