Alguien Como Tú

Capítulo 29

Capitulo 29

¿Qué sucedía en momentos como ese?? Confusión, angustia, desesperación, sobre todo por parte de Victoria al ver a su esposo herido, cayendo sentado en uno de los escalones luego de un momento de sostenerse la herida y asimilar lo que estaba ocurriendo.

HOSPITAL

*Sala de Emergencia*

H: bueno, pues vas a explicarle todo eso a mi esposa... (Al médico residente de turno que le curaba la herida)

Dr: claro que sí doctor... (Terminando de vendarle el área afectada) Tuvo mucha suerte... La bala pudo ir directo al corazón...

H: si... Teniendo en cuenta la trayectoria.... Si giraba un poco más despacio... Estaría muerto ya...

Dr: ¿Qué fue lo que pasó, doctor?? ¿Quisieron robarles??

H: no lo sé... Los policías deben de estar investigando eso...

Dr: listo...

H: Gracias...

Dr: doctor... Es un honor para mí...

H: de ninguna manera... (Sonriendo cuando la puerta se abrió y Victoria por poco corrió a abrazarlo)

V: doctor, ¿Cómo está mi marido...? (Observando a Heriberto sentado en un camilla, sin camisa y con el brazo vendado)

Dr: No es nada de peligro, señora... Ya suturamos la zona... Ahora voy por una receta... Con permiso...

H: adelante...

V: mi amor... ¿Cómo te sientes...? (Abrazándolo del lado que no tenía venda)

H: bien... Perfectamente...

V: mentiroso... (Inclinándose a besarle la mejilla)

H: ¿estoy inconsciente acaso? ¿O agonizante y tirado en una cama?

V: no digas tonterías... (Viéndolo reír y presionándole el hombro sin herida)

H: mejor dame un beso... (Rodeándole la cintura con un brazo mientras la ubicaba entre sus piernas)

V: de un niño puedo creer que piense que un beso lo hará sentirse mejor... ¿Pero de un médico experimentado??

H: también tenemos sentimientos...

Victoria se acercó a él todo lo que podía. Y lo besó con una dulzura que ninguna mujer lo había besado antes.

V: ¿Te dijo el doctor si debes pasar la noche aquí?

H: no mi vida... La bala apenas rozó...

V: pero te duele...

H: un poquito, digo... ¿A quién no le duele un balazo??

V: mañana no puedes ir a trabajar... (Alcanzando la camisa, aunque estaba manchada y rota en la manga)

H: no quiero que los niños sepan de esto...

V: ya deben estar dormidos... (Ayudando a ponerle la camisa) De todas formas te pones la chaqueta encima y no decimos nada...

H: Dile a tus hijos también...

V: sí mi amor... (Abrochándole botón por botón mientras agradecía a Dios en silencio que estuviera sano y salvo)

Mañana siguiente...

MANSION RIOS BERNAL

*Comedor*