Capítulo 72

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Capítulo 72

V: Nuestro matrimonio no es perfecto... (Muy cerca a él, acariciándole el cabello que antes estuvo examinando) Pero no dudes que te amo...

H: Victoria...

V: es cierto, mi amor...

H: y yo también te amo... Pero cuando te pones de mandona y tus enojos no sucumben a mis encantos...

V: escúchame... Se me juntó todo... Pero ya no importa, hablando con nuestros hijos comprendí que tú los cuidas muy bien... Y que no está mal que de vez en cuando se salgan de la rutina...

H: ¿Lo dices en serio??

V: gracias por todo lo que hiciste... (Echándole los brazos al cuello) ¿Ahora si puedo besarte...?

Las manos de Heriberto automáticamente se cerraron en torno a la cintura femenina, moviéndose hacia la espalda en un sube y baja lento, ejerciendo cierta presión.

H: no tienes que preguntar... (Inclinando su rostro hacia Victoria)

Le acarició los labios con un tierno roce, y Victoria se empinó para que sus bocas terminaran de unirse...

Con besos exigentes pero dulces, ella perdió todo el aliento que tuvo que separarse un segundo para aspirar una bocanada de aire...

Para Victoria no pasó desapercibida la mirada de Heriberto, pues la desnudó lentamente con ella...

Él metió las manos por el escote de la bata, abriéndola para contemplarla a placer.

Tocando la piel a su paso, con sus manos acariciándola, y amándola con pasión.

Una vez más volvieron a unir sus bocas, un beso cargado de deseo... Le mordisqueó los labios y con gentileza la llevó hacia la cama... Donde cayó con el peso de él encima...

La impaciencia era tal que con movimientos acertados y rápidos se fueron desvistiendo...

La boca de él descendió hacia su pecho y atrapó uno de sus senos sensualmente con caricias expertas...

Victoria se agarró al cabello de él, con todo ese cúmulo de sensaciones invadiéndola por dentro...

La boca de Heriberto volvió a cubrir la de ella... Imprimiendo mucho deseo en la íntima caricia... Victoria le pasó las manos por el pecho, los hombros, la espalda y el abdomen...

Sus cuerpos estaban adaptados con facilidad desde que cayeron a la cama, dándoles la sensación de que el momento que esperaban había llegado...

Victoria se sostuvo de los anchos hombros, cuando él se unió a ella completamente, en la más perfecta intimidad que un hombre y una mujer eran capaces de compartir...

Llegando a un punto donde no había marcha atrás.

De una manera profunda, decidida y sensual...

Los 2 cuerpos yacían entrelazados en la cama, y exhaustos por la pasión que acababan de compartir...

V: abrázame... (Sintiendo un vacío cuando los brazos de su marido la soltaron)

H: déjame alcanzar una cobija... (Echando la misma sobre sus cuerpos) ¿Hmm...? (Volviendo a estrecharla en sus brazos y besándole un hombro)

V: después de 4 días voy a poder dormir... (Entrecerrando los ojos, sin notar la expresión de sorpresa de Heriberto)


Día sábado...

Heriberto tanteó el lugar donde se suponía que Victoria estaría acostada, pero no estaba, así que abrió los ojos y la encontró frente a la espejo... Con la bata entreabierta y revisándose el cuello y la parte superior del pecho. ¿Había sido tan apasionado la noche anterior??

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