Olivia | The Umbrella Academy

cap 4

Marzo 4, 2000

¡¡MI BELLO Y APRECIADO CAFÉ LO TENÍA CINCO!!

—EY, que se supone que haces!!

—de qué hablas?—pregunto inocente con una sonrisa sarcástica con la bolsa de MI café en una mano y en la otra su taza.

—mi café, que te sucede?!!!

—ah esto, lo robe—otra vez con su ridícula sonrisa sarcástica.

––asi nada mas?—me acerque a él para quitarle la bolsa, sabía que no me la iba a dar y saltó otra vez, maldición.

—si la quieres solo pidemela, anda.

—dame mi café—dije "amable" me veía como una tonta, pero que se supone que haga ¿golpearlo? ¿a el?

—buen intento—robo mi frase, mi contestación!!

me quedé ahí parada haciendo contacto visual con él, pasaron varios segundos y me lanzo la bolsa, asi de facil, solo me la lanzó sin hacer show ni nada.

—esto es ridículo—dijo y dio un largo trago a su café—esperaba mas de ti—y se fue sin decir más.

a qué se refería en "esperaba mas de ti" acaso fui poco odiosa? es que soy nueva en esto, de seguro él lleva siendo así BASTANTE tiempo.

me hice mi chocolate y me fui a mi habitación, ya estando ahi, escuche voces en la parte de arriba, era risas, fue raro porque en la academia nadie ríe, así de deprimente es el ambiente, creo que el mas feliz seria Klaus, es bastante obvio por las sustancias que consume y después de Klaus estaría yo, me considero una persona feliz aparte de todo lo que he vivido casi siempre tengo una sonrisa.

Como sea, subí las escaleras, las cuales eran muy largas, después llegué a simple vista no logre ver nada pero fui caminando hacia donde se escuchaban las voces que se iban haciendo más fuertes mientras mas me acercaba.

llegue a una tipo casita, adentro estaban dos personas, era Luther y Alisson, estaban riendo y teniendo algo parecido a un picnic, me agache y me puse detrás de un bote de metal que estaba por ahí.

—eres la mejor Alisson—dijo Luther

—te amo Luther—dijo Alisson

me incline un poco para poder ver lo que estaba pasando, ¡se iban a dar un beso! ¡QUE! ¿acaso eso es legal? me refiero a que son hermanos, pero pensándolo bien no eran hermanos de sangre, supongo que esta bien, pero es raro.

De repente un fuerte aire invadió a toda la terraza haciendo que se cayera el bote

—mierda—suspiré, yo no soy de decir groserías pero esta ocasión era bien merecida, trate de levantarlo, me pare y ahí estaba Luther, sorprendido y un poco nervioso.