Quince

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15 |Una cosa a la vez.

Comenzaba a hacerse tarde y la posibilidad de quedarse a dormir esa noche en la nueva habitación de Raven parecía cada vez más te tentadora para la rubia.

—Bonita vista.

—¿A la parte trasera de la escuela? Creo que es la peor vista posible.

—Es... Diferente, a mí me gusta.

—Eso sí es una sorpresa, ¿Qué más ha cambiado desde que no soy tu compañera de cuarto?

—Lo dices como si llevaras años lejos de mí. —rio la más bajita.

—Quisieras, no te vas a librar de mi tan fácilmente princesa.

Apple la miró enternecida, era cierto que la sola idea de pasar tiempo lejos de una de sus mejores amigas la ponía sentimental, pero no podía dejar que Raven se enterara, o estaría alardeando sobre ello durante semanas.

—Nuestra habitación se ve muy vacía sin tus muebles en ella.

—Tu habitación dirás. —corrigió la de cabello oscuro.

—Para mí siempre será nuestra habitación.

Sostuvieron una sonrisa cómplice por un rato, sin decir nada. La princesa se acurrucó en las sábanas violetas junto a su amiga, quizá no era tan cómoda como la suya propia, pero amaba esa cama.

—¿Pasaste bien la noche sin mi ahí?

—Darling se quedó a hacerme compañía —dijo esbozando una sonrisa—. Fue muy lindo de su parte.

—Pobrecita, tener que soportar escucharte cantar por las mañanas.

—Hey, la última vez dijiste que te gustaba como cantaba.

—Dije que me estaba acostumbrado —aclaró con una sonrisa—. Entonces ¿Darling se quedó a hacerte compañía?

—Sí, ni siquiera me di cuenta cuando me quedé dormida, pero al despertar ella estaba ahí, a mi lado.

—Eso es tan tierno. Ojalá se hubiera quedado a pasar el rato.

—No, yo... Estoy segura de que tenía mejores cosas que hacer.

—Aún estoy un poco preocupada por ella —soltó la hechicera—. ¿Ha estado bien últimamente? Es decir, siempre le pregunto a Dexter, pero creo que ahora tú pasas más tiempo con Darling que él.

Raven a veces era algo así como una hermana mayor, cuidando incluso de ella, irónico, considerando que Queen era la chica rebelde, y ella era la responsable. Suponía que era natural que sintiera ese mismo instinto protector con Darling, a veces incluso ella quería protegerla.

—¿A qué te refieres con «bien»?

—Ya sabes, tuvo momentos difíciles cuando el asunto de... Del príncipe azul, salió a la luz, debió de haber sido muy difícil para ella salir de ese agujero ella sola.

—Bueno, yo realmente... Nunca hablo con ella sobre eso, ¡Pero ella se ve tan feliz!, no hay manera de que esté triste ¿O sí?

—No hay manera de saber si no se lo preguntas.

De repente, la futura Blancanieves se sentía egoísta otra vez, no sólo porque había dejado de lado los sentimientos de Darling por concentrarse sólo en los suyos, sino porque además ella era básicamente parte del problema en primer lugar. Darling era una chica maravillosa, y no merecía estar tan triste.

—Tienes razón, debería de hablar con ella —suspiró, al final, lo que más le preocupaba ahora era encontrar el momento para hablar con ella, porque con su madre por ahí, nunca se sabía—. Oye, y hablando de Dexter.

I may not be a prince | DarppleWhere stories live. Discover now