El sujeto

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No siento mis piernas.

Ni siquiera mi cabeza.

-Está saliendo del coma-comunica una voz.

-Ok, prosigamos con la inyección-dijo un hombre de voz gruesa.

En realidad no siento mi cuerpo.

No puedo ver, me tienen cegado. Siento cosquillas en mi cabeza y quiero reir.

-No toques esa parte, Mara. No queremos causarle secuelas.

-Sí señor.

-Ah, y cuidado con la unión.

-De inmediato.

Y no escucho más.

Una brisa choca contra mi cara. Es fresca y suave. Quiero tomarla en mis manos y encerrarla en una botella, así cuando quiera la destape y sienta.

Pero no puedo hacer eso.

Comienzo a sentir mis manos, las muevo y cuesta despertarlas. A continuación las piernas y el resto del cuerpo. Abro los ojos y lo único que observo son paredes grises, frías y geométricas.

¿De dónde vino esa brisa?

Detrás de un gran vidrio yacen un doctor de barba gris y Rose. La última sonríe, viéndome despertar.

No sé cuánto tiempo estuve dormido, pero creo que hace mucho. El pelo de Rose está más largo. Ahora le llega hasta debajo de los hombros.

¿Qué pasó?

Odio esto.

Muevo mis manos y no siento ligaduras. No hay correas aprisionándome.

Me levanto y cuesta. Como la vez que vi al señor Clain.

La habitación no tiene nada, sólo paredes lisas y gruesas intercaladas. No entiendo eso.

-Debes permanecer aquí por dos días más. Después volverás a la rutina normal-dice la voz de Rose sonando por toda la habitación.

Tapo mis oídos, están sensibles hoy.

-Sentirás tus sentidos agudizados, eso es porque estuviste mucho tiempo en probación.

-¿Qué?

-Hace un mes que tu consciente no está en práctica.

-No entiendo-digo acercándome al vidrio.

-No necesitas entender-interrumpe el doctor.-Sólo resiste dos días más aquí y serás libre de nuevo en el recinto.

Asiento y ellos se van.

Ahora estoy solo.

¿A dónde se fue la valentía?

Sólo dos días. Pero no seré libre, estaré atado de nuevo y en compañía de personas que ni siquiera conozco. Nadie es de confiar. Ni siquiera Rose, a pesar de conocerla desde los tres años.

Nos conocimos en una calle, gracias a que ella se le había ido la pelota cuando jugaba con sus amigas. Vivíamos en el mismo barrio pero nunca habíamos hablado, no me interesaba. Pensaba que era la típica niña rica del lugar. Además su papá era gobernador del lugar. Yo la tomé y se la di. En ese momento me agradeció e invitó a que jugáramos juntos. La conocí  y comenzamos a hablar haciéndonos con el tiempo amigos. Después yo me fui y no supe nada más de ella.

En Cruel a veces pensaba en ella, pero sólo me torturaba más sabiendo que no tenía a mi familia ni amigos. Pedí a la organización que me durmieran esos recuerdos y lo hicieron, era mejor. Y funcionó, hasta ahora.

Me acurruqué en una esquina después de haber palpado cada una  de las paredes. La experiencia me había enseñado a revisar dónde estabas. A pensar cómo salir.

Había una pequeña abertura en una de las paredes gruesas, pero sólo podía ser abierta de afuera. No tuve fuerzas para golpearla, no iba a desperdiciar mis energías.

Esperé a que apareciera la comida, por la misma abertura Nick me trajo arroz con albóndigas. Estaban ricas.

Así pasan los días y sereno mi mente.

Ellos no van a lograr lo que quieren de mí, no lo harán.

-Las pruebas salen excelentes. Elegiste bien Rose-me felicita Clain.-Ya pronto nos iremos.

-¿Dentro de cuánto?-pregunto yo.

-Rose, hasta que el sujeto sepa cómo mandar a todos los de este recinto.

-No entiendo.

-Él va a ser la conexión entre Cranks, Mundis y Vivos. Él es el Nexo, como denominó Cruel.

-¿Newt?-mis piernas tiemblan al pronunciar su nombre.

-Sí, Newt.

Una vida paralela (Newt, Maze Runnner)Where stories live. Discover now