ROSS & LEIGH

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Brea fue el pegamento que los unió, la castaña les pidió ambos que se mudaran con ella a la casa que sus padres le habían obsequiado, alegando que era demasiado grande para ella sola. Para Leighton fue como un regalo caído del cielo, aun no había conseguido ningún trabajo en alguna empresa de modelos y el dinero se estaba acabando, todos los días le agradecía haber conocido Breanna.

El par había tenido un comienzo relativamente normal, la chica era nueva en Los Ángeles y el chico ya tenia experiencia en la ciudad, pues había sido su hogar desde hace ya cuatro años.

Ross pensaba que la chica de cabello rojizo y ondulado, piernas largas y ojos tan verdes como las esmeraldas mas brillantes de todas, era el ser mas insoportable del mundo, pero también pensaba que tenia un corazón enorme y aunque sus consejos fueran raros, eran sabios y de gran ayuda.

Leighton veía al chico de cuerpo sutilmente bronceado y lleno de tatuajes como alguien demasiado relajado y desinteresado para su gusto, si era guapo; ella no estaba ciega, sabía que esos ojos cafés te miraban y sentías una calidez que hacia que tu corazón se apretara pero eso no la iba a distraer de los miles de defecto que el chico tenia.

El primer año de convivencia fue tranquilo, Ross y Leighton salían por café frió y tartas de limón casi todas las tardes después de llegar del trabajo, iban a la playa y a veces veían una que otra película en el Teatro Chino, pero, un día el chico llegó a casa con una pelinegra de ojos rasgados y piel pálida y eso causó en Leighton una gran molestia, unos celos demasiado extraños y decidió alejarse antes de que algo saliera mal. Ross intento acercarse a la pelirroja de nuevo, como antes pero Leigh lo rechazó de una manera algo grosera y se sintió extrañado por eso, lo dejó pasar pero los ratos se volvieron años y ambos convirtieron la convivencia insoportable para ambos.

Se la pasaban peleando, Leigh criticaba por todo a Ross y el castaño hacia que la pelirroja perdiera la paciencia y todo terminaba en gritos y discusión. Breanna y Alora nunca entendieron el cambio de actitud del par y cuándo ambas les preguntaban simplemente respondían que era la culpa del otro.

...

Han pasado varias semanas después del cumpleaños de Leighton, después de la extraña confesión y de las dolorosas palabras que salieron de la pelirroja hacia Ross. Ese par nunca se entendió de la mejor manera pero eran amigos, se preocupaban el uno por el otro y a pesar de todo, había cariño; pero obviamente no se demostraba

Ross se encuentra de pie frente a la habitación de la chica que a pesar de que le había roto el corazón, siente la necesidad de saber si ella está bien. Toco dos veces y espera, se ríe por lo bajo y sacude la cabeza, por un segundo piensa en lo masoquista que está siendo, se da media vuelta y decide regresarse a su cuarto para sentirse un poco mas miserable.

—¿Ross? —escucha la voz de Leighton y detiene sus pasos, gira su rostro para encontrarse con el de ella.

—¿Te desperté? Lo siento —la pelirroja sacude la cabeza.

—No te preocupes —Leigh habla en voz baja y desvía su verde mirada de la del chico— ¿Querías hablar?

—¿Tú quieres hablar?

—¿Por qué respondes con preguntas? —ambas miradas se fusionan.

—¿Eso hago? —Ross pregunta divertido y eso hace que Leighton le ruede los ojos—.Muy bien, lo siento —él le sonríe—, y si quería hablar contigo.

Leighton no dice nada y baja su mirada hacia sus manos, de repente se siente nerviosa y se odia por eso, es ridícula y mas, sabiendo que toda esta situación está así por su culpa y la horrible costumbre de decir las cosas sin pensar. La noche de su cumpleaños se repite sin cesar en su cabeza, las palabras sinceras de Ross y la vil manera de ella rechazarlo.

city full of lonely people | l.h [1]Where stories live. Discover now