02/05/2021

4 2 0
                                    

Querido lector/a:

Hace un tiempo –siendo más específica, desde que comenzó el año–, me perdí completamente. En caso de que aún no hayas vivido o sentido tal sensación, dejame intentar explicarte como es que se siente. Comienzas con una nostalgia que en un inicio, solo te aturde; luego te inunda una pena inexplicable que termina por afectar tu motivación en aquello que más te apasiona. Finalmente te sumes en tu propia resignación, y no le hallas sentido a las cosas. En este punto, creo que es necesario que las personas lo vivan por si mismas, para así aprender a aplicar la resiliencia. En esta partida la mentalidad lo es todo.

Así que, déjame señalar todo lo que he logrado aprender hasta el día de hoy.

La plenitud se alcanza una vez terminado el recorrido. Si aún no logras comprenderme, quiero que imagines una montaña rusa. ¿Quieres alcanzar el cielo? Entonces comienza desde lo más bajo, aguanta esas subidas y bajadas. Puedes asustarte y llorar de miedo, o disfrutar y gritar eufórico/a. Tomate cada curva con calma, no te apresures. Es necesario aceptar que el camino jamás será recto, ya que en su mayoría hay desviaciones, pero el final siempre estará en un mismo lugar.

Ser paciente es una virtud, y la práctica elemental.

Aprendamos a disfrutar del paisaje, ya que hasta lo más marchito tiene su propio encanto.

Esa estrella que ves en el cielo, jamás estará demasiado alta como para alcanzarla. Atrévete a soñar, persigue tus mayores anhelos, nada nunca es demasiado loco y bajo ninguna circunstancia imposible.

Explora y llena tu vida de aquello que llene tu corazón. Sé quien quieras ser, ya que nacemos, somos y seremos seres libres, y libres de todo prejuicio.

Todo a su debido tiempo.

Todo a su debido tiempo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Corazón de papelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora