27

15.8K 1.6K 190
                                    

Jimin entró a la cocina y dejó las bolsas sobre la pequeña mesa de madera que tenían. Un pesado suspiro abandonó sus labios y no tardó en ir por un poco de agua. Ya era temporada de verano y la presencia del sol se hacía cada día más fuerte, el calor se volvía más sofocante y pesado.

Como deseaba que fuera otoño aunque sea.

—Hijo, llegaste —dijo dulcemente la señora Park, entrando por la puerta de la cocina—. ¿Lograste conseguir todo? —Jimin asintió mientras terminaba su vaso de agua—. Que bien. Perdóname por hacerte ir a comprar con este calor, no sabía que ya se habían acabado los ingredientes para los brownies.

—Siempre haces postres, mamá —dijo Jimin con una sonrisa—. Obviamente los ingredientes se van a acabar, no son eternos.

—De todas formas, que bueno que fuiste a comprar.

—¿Por? —preguntó Jimin, ladeando su rostro un tanto confundido por lo dicho.

—Oh, es que Namjoon estuvo aquí.

El cuerpo de Jimin se tensó apenas aquel nombre abandonó los labios de su madre. Un sabor amargo subió hasta su garganta mientras sentía todo su interior llenarse de pesadez. El simple hecho de escuchar su nombre era tan molesto y de tan solo pensar que hubieran podido compartir espacio más allá de la escuela le generaba incomodidad.

Aún así, Jimin se calmó internamente y tomó una pequeña bocanada de aire antes de acercarse a las bolsas sobre la mesa y ayudar a sacar las compras que había hecho.

—¿Ah, si? —preguntó Jimin con naturalidad, mostrándose cierta indiferencia en su voz—. ¿Y para qué vino?

—Vino para dejarme unas cosas que Hara me envió.

Jimin asintió levemente, dejando morir el asunto ahí y no preocupándose en saber más. Lo bueno era que no había estado en su casa y Jimin no había tenido que tolerar su presencia y, sobre todo, su hipocresía.

Una vez terminó de ayudar a guardar, se dirigió con rapidez hacia su habitación subiendo los peldaños de dos en dos, a pesar de saber que su padre le había prohibido hacerlo.

Todo el camino, tanto de ida como de regreso de la tienda, Jimin estuvo pensando qué podría estar pasando para que Jungkook no respondiera sus mensajes. Ya eran más de las doce del día, no tendría sentido que siguiera durmiendo luego de la fiesta del día anterior. Su cabeza se llenó de millones de posibilidades viniendo de todas las direcciones al punto de aturdirlo, pero luego pensó qué tal vez eso terminó siendo mala idea.

Ni siquiera quería pensar en el beso, porque su corazón terminaba por estrujarse dolorosamente en su pecho.

Llegó a su habitación y corrió hacia su mesa de noche con una sonrisa y con una esperanza haciendo cosquillas en su estómago. Sin embargo, todo esto desapareció apenas la pantalla se iluminó frente a su rostro.

Nada.

Ni un mensaje, ni una llamada. Nada.

Se dejó caer sentado como un peso muerto sobre su cama, dejando el celular sobre su mesa. Su mirada se perdió en algún punto de su habitación, el nudo se formó en su garganta y llevó su mano a su pecho, donde apretó con fuerza su camiseta en un puño.

¿Qué había hecho mal?

SKY ⟢ kookmin auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora