No llegaron tan tarde, o bueno si, cuarenta minutos después y si, estaban usando la ropa que compraron y el cachorro estaba en manos de Jimin.
Mientras caminaban Yoongi no había comentado nada a Jimin sobre lo que tenía planeado, pero cuando ambos llegaron aquel lugar de encuentro, el omega observo al mayor con una linda sonrisa en su rostro, porque bueno, una góndola de buen tamaño con dos hombres y el conductor estaba allí.
— Que cursi eres—. Se burló Jimin para tomarle de la mano e ir más cerca a estos.
Había un sacerdote de la luna, un hombre que les uniría de manera legal, así que Jimin los saludo y por supuesto también al hombre que solo remaría, no, no lucían coreanos para nada por lo que aclaro sus garganta para dar lo mejor de él.
— Hi—. Dijo levantando la mano y alargando la última palabra.
— Hola—. Respondió el hombre de saco oscuro y Jimin observo a Yoongi, porque bueno, no se esforzaría con el pobre ingles que tenía.
— Que buen servicio—. Respondió volviendo a ver a los hombres con una dulce sonrisa.
— Disculpen que llegásemos tarde estábamos consumando el matrimonio—. Jimin estiro su mano para que le ayudasen a subir y Yoongi corrió a dar la ayuda también sosteniéndole de la cintura mientras el juez le tomaba la muñeca para que quedara a salvo en la embarcación y por supuesto que Yoongi estaba realmente avergonzado con la revelación de este también.
— ¿Consumar?—. El sacerdote el cual entendía el idioma también, pero poco miro confundido al joven porque estaba creyendo que era un error en su traducción.
— Si, consumar—. Explico Jimin mas gráficamente al apoyar sus manos a cada costado de su tronco y bajarlas muy lentamente.
— Eso se hace luego de la boda—.
— Upsi—. Dijo Jimin aquel hombre de la luna. — Apurémonos, no he comido todavía—. Yoongi también subió para ir a sentarse junto a Jimin, quien se mostraba emocionado y lo estaba mientras los presentes allí miraron a la joven pareja un poco incomodos con la información de más.
— Es un poco descarado y tiene hambre, ignorémoslo—. Apenado con las personas hablo Yoongi, porque bueno, el silencio forjado luego de lo dicho por Jimin apareció y quería quedarse así que no podía aceptarlo.
— ¿Qué? Solo no le estoy mintiendo a un sacerdote Italiano ¿Qué tal si me maldice?—. Susurro esos últimos a Yoongi. — Como sea, ahora que lo pienso ¿no había un Elvis? ¿o Tito el Bambino?—.
— ¿Qué? ¿Bambi, qué?—. Pregunto Yoongi.
— Sí, ya sabes, el cantante—. Jimin cortó sus palabras al ver que todos le miraban confundidos. —Tae me enseño una canción una vez y... olvídenlo—. Termino diciendo.
— Es en las vegas donde te puedes casar así—. Le digo aquel juez.
— Oh—. Dijo rápidamente. — Entonces si los prefiero a ustedes, he escuchado que es la ciudad del pecado y soy un gran ser que espera ir al cielo—. Hablo con mucha seguridad mientras Yoongi solo estaba escuchándole en silencio como los demás.
— Padre, Si digamos, no es que lo vaya hacer, pero si un día digo, oh que aburrimiento y decido hacer un trato con el diablo para ir al cielo, ¿a donde iré?—.
— ¿Estas nervioso?—. Pregunto Yoongi, porque bueno cuando Jimin lo estaba hablaba mucho y eso era lo que hacía.
— Un poco—. Respondió y Yoongi le sonrió con dulzura para tomarle de la mano y observar a los dos hombres quienes solo veían dos niños parlanchines.