14

1.6K 218 19
                                    

La tarde se hizo presente y sin ánimos Yuji comenzó a caminar hasta el templo al no encontrar a Megumi, pero la necesidad de regresar a casa pudo más con él, por lo cual se desvió del camino para correr a su hogar.

Al llegar sintió que era indebido entrar pero ignoró aquella sensación y tan solo tomo el picaporte junto sus llaves para abrir y entrar. Todo seguía tal y como lo habían dejado, se quito sus zapatos para recorrer la casa.

La nostalgia inundaba el lugar, deslizó sus dedos por la mesa y luego por la pared para segundos mas tardes subir las escaleras  y mirar las habitaciones, la suya seguía en orden. Quería pensar que al abrir la puerta de la habitación de Nobara y Maki, encontraría ahí a ambas mujeres pero sus ilusiones fueron rotas al no encontrarlas al abrir la habitación. Lagrimas descendían por sus mejillas hasta hacer impacto en el suelo, se tiró a la cama para sentir el olor de sus madres mientras apretaba con fuerza la almohada, las extrañaba tanto, quería escuchar los regaños de Nobara, aquella sonrisa suave, también escuchar como regañaba a Maki al ponerse nerviosa y sin querer por ello romper algo, a Maki protegiendo no solo a Nobara si no a el también, al igual que extrañaba como ella lo consentía aunque eso significaba ser regañado por Nobara.

Tenía todo lo que pedía pero se le fue arrebatado tan rápido, a su alrededor solo había una burbuja en la cual las promesas siempre se cumplían hasta que explotó, dejándolo en la verdadera realidad.

"No llores Yuji, los malos momentos siempre nos harán más fuerte"

Las palabras de Nobara resonaban en su cabeza, tenía que ser fuerte para cumplir su propósito, tenía que encontrar al asesino de sus madres y hacerlo pagar. Recordaba haber visto el cuerpo del asesino caer pero él al final completo la misión de matar a sus madres aunque no a Yuji.

Soltó un quejido al sentir como la cadena le quemaba, se lo quitó aventándolo contra la pared, sobando la zona que dolía con la palma de su mano. Pudo notar el destello en este y como los ojos eran rojo escarlata en vez de ser amarillos como antes.

Se levantó para tomar la cadenita pero quedo inmóvil al escuchar aquellos susurros de nuevo.

"Ayúdame, no me ignores"

"Tengo que pagar por lo que hice y estoy dispuesto hacerlo"

Negó con su cabeza, cubriendo sus oídos con con sus dos manos, detestaba escuchar aquella voz, solo le traía dolor, podía sentir aquel sufrimiento y no le gustaba para nada.

— Por favor no me hables, no quiero sentir tu dolor, con el mío es suficiente.. — Comenzó a repetir constantemente.

Su mirada se posicionó en el espejo, viendo a través de el, una silueta rodeada de flores rosas y celestes, no podía ver el rostro de aquella persona, solo admiro como las lágrimas escurrían por sus mejillas, convirtiéndose en sangre cuando tocaban el suelo.

Estiró su mano tratando de tocar el espejo pero cuando lo iba a hacer, la silueta pareció sonreír, rompiendo el espejo. Yuji se alejó de este, tomando el collar  y salió de la habitación.
¿Qué diablos estaba pasando con el? Nobara decía que era especial y que tomará con calma lo que le sucedía pero ¿Cómo podía tomárselo con calma teniendo miedo?

Desde pequeño escuchaba aquellos susurros, la tentación de ir al bosque solo y los extraños sueños que tenía le hacían pensar que estaba loco. Quería ayudar a la persona que sufría pero ahora no, no podía soportar tanto dolor y para peor ¿y si era persona en realidad era alguien malo?

Bajo las escaleras y fue a la cocina revisando el refrigerador, sus dulces favoritos seguían al igual que el pastel que comerían como celebración. Tomó algunas cosas y preparó algo de comer, no quería regresar al templo, quería estar en su hogar, no en un lugar en el cual no era ni bienvenido.

禁断 | 𝘗𝘳𝘰𝘩𝘪́𝘣𝘪́𝘥𝘰  - 𝗚𝗢𝗬𝗨𝗨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora