🆃🅷🅴 🆂🆆🅴🅴🆃🅴🆂🆃 🅳🅴🅰🅻[𝔸𝕕𝕒𝕡]🍥 𝕁𝕚𝕞𝕚𝕟 𝕪 _____🍥

🍥7: ¿Quién es el imbécil ahora?🍥

                              Jimin

Llevaba varios días sin ver a Jennifer, así que pese a que salí tarde de casa de ______, me fui a su departamento. Mi novia me recibió con un cariñoso “hasta que al fin te dignaste a aparecer”.

—Tuve muchos alumnos esta semana, Jenny —me justifiqué.

—Pensé que los viernes por la tarde salías temprano —comentó mirándome con desconfianza.

Mierda. No había querido contarle que había ido al departamento de ______, pero menos quería mentirle. Si Jennifer se llegaba enterar de que se lo había ocultado, era capaz de terminarme ahí mismo. Se lo dije sabiendo que ardería Troya.
Ella se plantó frente a mí con las manos en las caderas.

—¿Qué demonios tenías que ir a hacer al departamento de esa mujer?

—Hablar de negocios, entre otras cosas —respondí con toda la calma que me fue posible.

—¡Hablar de negocios! ¡Sí, claro cómo no! ¿Te estás acostando con ella?

—¿Qué? ¡Por Dios, por supuesto que no, Jennifer! Te prometo que no hay nada entre ______ y yo.

—¿Entonces por qué pasas más tiempo con ella que conmigo?

Maldición, era cierto, pero no por la razones que Jennifer creía.

—______ sabe de negocios y me enseña. Yo la entreno a cambio, ya lo sabes —Me aproximé a ella y le acaricié los brazos—. Somos amigos, eso es todo. Jenny, por favor no te pongas celosa, no tienes de qué.

Ella no se apartó de mí. Tomé eso como una buena señal.

—Tú dices eso, pero quizás qué intenciones tiene esa mujer contigo.

—Ninguna, te lo prometo. ______ está loca por JungKook, uno de mis colegas; le gusta tanto que no se atreve ni a hablarle. No tienes que preocuparte por mí.

Jennifer levantó la barbilla.

—Me preocuparé todo lo que quiera hasta que no compruebe con mis propios ojos que ella no anda detrás de ti… Quiero conocer a esa mujer —exigió.

Acepté para terminar la discusión. Continué tranquilizándola hasta que se relajó contra mi pecho y me abrazó.

—Odio discutir contigo, Jimin, pero es que no sé qué creer. Pasas tanto tiempo con esa tal ______ y en tu negocio que me siento botada. A veces me pregunto si de verdad te importo.

Le besé el pelo.

—Claro que me importas, Jenny. Te prometo que apenas pueda nos iremos a alguna parte a descansar y a olvidarnos del mundo.

Ella alzó su rostro hacia mí con una suave sonrisa.

—Qué bueno que dices eso; te tengo un regalo —Salió de mi abrazo y caminó hasta donde estaba su bolso de cual extrajo un sobre blanco que me tendió—. Léelo.

Lo hice. Me encontré con un certificado de regalo para una hostería termal de viernes a domingo.

—Es por tu cumpleaños —Me sonrió—. Prefiero entregártelo ahora para que no hagas otros planes.

Ese viernes tenía una reunión con un tipo de marketing de una cadena de retail. No era un gerente, pero era la única cita que había conseguido en meses. Mi primera oportunidad.

—¿Qué pasa? ¿Acaso no te gusta? —preguntó Jennifer escrutando mi rostro que debía reflejar preocupación.

—No, Jenny, me encanta. Es solo que te comenté que tenía una reunión ese viernes; ¿a las 17:00, te acuerdas? Pero podemos irnos a las termas apenas termine.