🆃🅷🅴 🆂🆆🅴🅴🆃🅴🆂🆃 🅳🅴🅰🅻[𝔸𝕕𝕒𝕡]🍥 𝕁𝕚𝕞𝕚𝕟 𝕪 _____🍥

🍥17: Una Decisión Obligada🍥

                          Jimin

______, a paso rápido, me guió a una pequeña sala de estar privada contigua al escenario. Había dos sofás y una lámpara de pie que iluminaba débilmente la estancia. Cerró la puerta a su espalda y alzó la barbilla con indignación.

—¿Quién te crees que eres para venir a interrumpirme con NamJoon?

Maldición. Ni un minuto que lo había conocido y él ya existía como hombre para ella.

—No te preocupes, tendrás tiempo de sobra en tu cita con él. Tenía que hablar contigo.

______ soltó una carcajada irónica y se cruzó de brazos.

—Así que ahora quieres hablar y se supone que yo tengo que obedecer, cuando no te dignaste a contestarme el teléfono.

—¡Estaba furioso, maldita sea! ¡Nos estábamos besando y aún así no dudaste en tomar la llamada de JungKook! ¡Más encima dijiste que lo que pasó entre nosotros fue un error!

—¡Pues claro que fue un error! —me soltó enfadada—. ¡El peor error de mi vida!

Mierda eso dolió, pero me negué a creérselo. No después de la forma en que había temblado en mis brazos. Inspiré hondo, intentando calmarme. No quería discutir con ______; al contrario, lo único que quería era volver a besarla. Tenía que buscar otra manera de llegar a ella.

—Lo siento —dije con sinceridad—. Tendría que haber contestado tus llamadas. Yo… pues no fue fácil escuchar que me besaste solo para vengarte de tu ex.

Vi en su rostro que mi disculpa la sorprendió. Me miró en silencio; de a poco su mirada empezó a suavizarse.

—No debí haber dicho eso —se disculpó ella también—, tampoco lo del vino.

—Ya.

Nos quedamos callados. La voz del animador llegó sofocada desde el otro lado de la muralla. Contemplé los ojos entristecidos de ______, sus labios entreabiertos y apetecibles. Era ahora o nunca.

—¿No era cierto, verdad? —murmuré conteniendo el aire con la vista aún puesta en su boca—. Dijiste eso porque estabas enfadada; sí sentiste algo al besarme, sí significó algo para ti.

______ tragó saliva. La intensidad que apareció en su mirada respondió por ella. Tomé eso como una invitación y avancé hasta centímetros de su rostro con el corazón acelerado.

Ella alzó la vista hacia mí.

—¿Y tú, Jimin? —preguntó en un susurro—. ¿Tú sentiste algo al besarme?

—Sabes que sí —respondí en el mismo tono bajo que ella.

Sin dejar de mirarla, le acaricié la mejilla con el dorso. Dios, qué suave era. Sus pestañas temblaron como si luchara por no rendirse a mí.

—Esto es un error, Jimin —Su voz anhelante contradecía sus palabras—. Tú y yo somos amigos.

Incliné mi cabeza hasta la base de su cuello y deposité un beso suave.

—Podemos ser mucho más —Mi aliento le rozó la clavícula.

El pecho de ______ subió y bajó. Su acelerado vaivén fue una descarga afrodisíaca para mí. Me deseaba. ______ me deseaba. Me hundí extasiado en la curva de su cuello aspirando el dulce olor de su piel mientras mis manos acariciaban sus hombros.

—Me muero por besarte, ______ —confesé en un susurro ronco—. Desde esa noche no he podido pensar en otra cosa.

Un suspiro entrecortado se le escapó. Sus manos se enterraron en mi pelo, atrayendo mi rostro hacia el suyo. Sus ojos parecían más profundos y anhelantes que nunca. ¡Que hermosa era!
Pasé una de mis manos detrás de su cintura, rozando su vestido y tanteé la frialdad de la puerta en busca del pestillo. Al cerrarlo, el sonido metálico resonó en la sala en penumbras, recordándonos que solo estábamos ella y yo sin nadie que pudiera interrumpirnos.
Me lancé de inmediato a su boca, sediento de ella. ______ me recibió con un suave gemido que me incendió el bajo vientre; sabía a champán. El encuentro de su lengua con la mía mandó oleadas de placer y necesidad a todo mi cuerpo que en un instante estuvo listo para ella.
Desesperado por sentirla, mis manos bajaron por sus costados, frotándose contra el nacimiento de sus senos.