Leyendo a la madrugada

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Es la sombra que se cuela entre las luces, de las rendijas de las sillas del comedor, inmóviles y estáticas.
Sombras escondidas en los rincones. Como yo, escondida entre las grandes sombras que la noche impone sobre mi como un manto.
La hora en el reloj, más allá de la medianoche, es esa mano de mi madre poniéndome en una cuna. Eligiendo una hora de dormir por mí.
Pero yo, elijo ahora soñar despierta. Más allá de la medianoche, sigo soñando despierta.
Elijo el silencio de las vidas que se ponen en pausa un rato, afuera. Y unas pocas que se encienden en lo bajito, rompiendo toques de queda y contratos no dichos de silencios en edificios, a ciertas horas.
Elijo este silencio, y este manto, y la canción de cuna del reloj marcando más allá de la medianoche, para encender vidas que sólo comienzan cuando las demás están en pausa.
Los sonidos, melodías y colores se van pintando y formando a medida que paso las páginas.
Los ríos de tinta entran por mis ojos, que intento llevar lento pero van siempre varios pasos delante de mi, devorando esa tinta que yo deseo adentrar en mi lentamente, sin desgastarla con mi mirada. Los ríos de tinta se hacen paso por mis venas y se funden con mi sangre. Ya son parte de mi, y yo soy parte de ellos; ya soy un porcentaje mía, y lo que resta, tinta.
Después de ese recorrido frenético por mis venas, se me nubla la vista y un cosquilleo llega a mi mente. El efecto ha calado por fin en mi mente. La calma infinita de ese río de tinta, me invade. Estoy ahogada por ese porcentaje decreciente de historias encendidas en páginas de colores apagados.
Somos uno, somos dos, y estamos juntos. La tinta y yo, las vidas de esa historia y esta vivaz espectadora, viendo cómo desde un escaparate sus ríos de tinta fluir, con aventuras y desventuras; viendo sus vidas.
Vuelvo a mirar las rendijas en las que se cuelan las sombras entre las luces. Las luces entre las sombras. El silencio entre la música de quien se rehúsa a dejar a la ciudad dormir.
Es increíble sentir semejante tranquilidad. No hay nada comparable a ese efecto, ni siquiera un tranquilizante mejor, a este hermoso e infinito río de tinta.

Pintar Amor en mi PielWhere stories live. Discover now