Miro por la ventana, y cuántas historias pasan. Cuántas noches describiendo mundos imaginarios. Cuántas madrugadas imaginando lo que sería posible. Cuántas mañanas soñando despierta con despertar e ir al mundo. Cuantas tardes de lágrimas inesperadas. Cuántas noches de jugar a que mi madre no se diera cuenta de que fumaba en el balcón, cuando ella y yo sabíamos perfectamente que el olor llegaba a su ventana. Cuántas noches de ser detective, víctima, hechicera, bruja, heroína o fantasma. Cuántos desvelos de historias fantásticas. Cuántas borracheras solitarias, mirando estrellas que parecían multiplicarse bajo vientos gélidos que acariciaban mi piel con calidez al abrir la ventana. Y todo, siempre, desde esa misma ventana. Incluso la noche en que la vi creyendo que sería la última, antes de partir en viaje (a conocer ese mundo, a ser esa heroína, a vivir esos mundos que describía). Cuántas noches creyendo, que nunca dejaría de ver hacia afuera desde esa misma ventana.
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Pintar Amor en mi Piel
PoesiaNo pude evitar el torbellino de ideas y frases que surgían en mí mientras veía la película "To Write Love on Her Arms" (Escribir amor en sus brazos). Así que aquí va...