Uriah Sokolov nunca ha tenido piedad, con nada ni con nadie. Siendo capaz de obtener todo lo que quiere con tan solo parpadear, ha dejado de buscar el verdadero placer que provoca ser feliz. En su lugar, su sed por la venganza es lo único que se apo...
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NO SERPIENTES, NO VENENO — LIBRO II (TRILOGÍA TINIEBLAS)
ADELANTO
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—Kailé, regresa aquí.
Mi cría camina hacia dónde estoy para dejar que acomode su ropa en medio de la calle cuando los vellos de la piel se me erizan. Es obediente, por lo que apenas su nombre sale de mis labios no duda en regresar a mi lado.
—No te sueltes de mí para nada, ¿entendido? —Me la trepo a los hombros y ella no tarda en poner sus pequeños brazos en mi cuello.
Continúo caminando por la desolada calle y llevo la mano hacia el bolsillo delantero del pantalón para sujetar con los dedos las navajas. Puta madre, puede que sea solo mi paranoia confundiendo las cosas. Pero confirmo que no cuando me detengo en seco en medio del camino y tengo la piel erizada.
Mi navaja se incrusta contra el hombro del imbécil que me estaba siguiendo muy de cerca. Grita de dolor, y mi ansiedad aumenta cuando veo en su mano derecha la cola del tatuaje de dragón manchado en tinta negra.
Kailé ni siquiera chilla cuando empiezo a correr con ella trepada sobre mis hombros en la dirección opuesta.
Nos meto en el callejón más cercano. La gran mierda. Maldigo a todo cuando no tengo salida, y me escondo detrás de los botes de basura. Llevo mis dedos a mi labio índice para indicarle a mi cría que mantenga silencio, y ella se queda sentada sobre el suelo a mi lado concentrada en solo respirar.
—¡Solo queremos hablar! —Escucho a lo lejos.
No respondo. Mi mano se desliza dentro de la chaqueta para sentir las demás cuchillas.
—¡Alek, soy Rafael! —agrega. ¿Rafael? ¿Y ese imbécil cómo mierdas siquiera sabe que estoy refundido por aquí? —. No hemos venido a causar problemas. Solo a conversar.
—Kailé —Bajo la mirada a la mocosa que ha llevado sus rodillas al pecho —, te me quedas escondida aquí, ¿entendido?
