capítulo 3

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La cocina estaba caliente y ocupada a su alrededor. El sonido de las ollas y sartenes chocando entre sí, y la chispa de la comida contra el aceite llenaban el aire a su alrededor, junto con olores que le recordaban a Renjun tan fuertemente su hogar que le resultaba difícil concentrarse.

Frunció el ceño, movió los labios mientras leía, tratando de memorizar los reyes y reinas de Inglaterra, recitándolos en su cabeza, junto con las fechas en que habían reinado.

Había sido casi inútil en la ronda de historia del decatlón de práctica porque —además de una pregunta sobre el imperio chino— todas las preguntas habían sido sobre la historia occidental, sobre la que nunca se le había enseñado a Renjun.

Consultó su reloj. Quedaban diez minutos para que terminara su descanso y regresara.

Se concentró otra vez, cubriendo la lista de monarcas en su página e intentando decírselo a sí mismo. William, William, Henry, Stephen, Henry, William– no. Eso estaba mal.

Dejó escapar un ruido de frustración, frotando la palma de sus manos contra sus ojos. Le lanzó una sonrisa tímida a Kun, quien levantó la vista de las verduras que estaba cortando para enviarle una mirada alarmada.

Su celular comenzó a sonar desde donde estaba en su bolsillo, y debatió por ignorarlo, pero decidió no hacerlo cuando vio quién estaba llamando. Supuso que al menos le debía una explicación a Dejun. Aceptó la llamada y se llevó el celular a la oreja.

—Lo siento. No puedo hablar ahora. Estoy estudiando —dijo antes de que Dejun pudiera hablar.

La línea se quedó en silencio por un momento, como si Dejun estuviera procesando lo que había dicho, pero luego hubo una risa escandalosa.

—¿Desde cuándo estudias? —Dejun preguntó cuando finalmente se calmó. Renjun trató de sentirse ofendido por eso, pero no pudo cuando fue una evaluación tan justa—. ¿Qué te está haciendo esta escuela, Renjunie? —dijo Dejun con miedo fingido.

—Oh, cállate —replicó Renjun—. ¿Qué querías?

—Bueno, quería hablar con mi mejor amigo, pero creo que estudiar es más importante que yo.

—Tienes razón —dijo Renjun, imaginando el rostro ofendido de Dejun durante todo el camino a China—. Lo es.

Dejun soltó una carcajada. 

—¿Tu cabeza está mejorando?

Renjun levantó una mano para sentir su frente, el dolor ya no existía.

—Todavía hay un pequeño bulto, pero está bajando —dijo.

Dejun hizo un murmullo. 

—Eso es bueno. ¿Quieres que te llame más tarde cuando no estés "estudiando"? Aunque todavía no estoy convencido de que eso no sea mentira.

Renjun giró los ojos a pesar de que Dejun no podía verlo.

—Sería grandioso. ¿Todavía estarás despierto?

—¿Por ti? Siempre.

Renjun sonrió. 

—Está bien, hablamos más tarde.

—Nos vemos.

Renjun colgó y volvió al libro que había tomado prestado de la biblioteca.

—Injun —llamó Kun sobre el estruendo de la cocina—. Se acabó el descanso.

Renjun maldijo en voz baja, pero aun así le lanzó a Kun una sonrisa lo mejor que pudo. 

—Entiendo. Gracias, Kun.

rich kid, asshole ›› renminTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon