✳️Capítulo 3✳️

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Desperté a las 4:30 am, me bañe y aliste, me quité uno de mis brazaletes y lo dejé encima del celular de Sami. Cuando bajé a la cocina el desayuno ya estaba servido y mis papás me esperaban en la mesa.

Las acciones, siempre tienen más valor que las palabras” —  moví la silla que estaba frente a ellos y tomé asiento.

— Sabemos que vas a luchar con el corazón y que no permitirás que nada te desvíe de tu misión, somos conscientes de que te hemos exigido por tanto tiempo, pero lo hicimos porqué confiamos en que podías lograrlo —  habló papá con absoluta seriedad.

— Sé amable, bondadosa y no permitas que la arrogancia te domine, eres buena, pero siempre puedes ser un poco mejor si permites que te guíen — mamá estiró su mano para que yo la tomara, cuando lo hice prosiguió — Recuerda que no importa cómo resulten las cosas, nosotros estamos siempre de tu lado.

— Es probable que te pidan que selecciones un arma, mi consejo es que escojas con la que te sientas cómoda y te permita luchar con destreza — comentó mi padre, que agacho la mirada, seguí con la mía el trayecto de sus ojos hasta una pequeña caja de madera en sus manos.

Cuando la dejó sobre la mesa me dio la señal de que podía tomarla y así lo hice. Al abrirla me encontré con unos guantes tácticos, de color negro que en el dorso tenían una luna creciente, estaba segura que mi madre les había agregado ese detalle.

— Me encantan, muchas gracias — sonreí tibiamente, al igual que ellos.

Cuando terminamos de comer casi cómo si estuviera coordinado, sonó el claxon del auto que venía a recogerme. Mi padre fue el primero en levantarse y se dirigió al lugar donde había dejado mi maleta.

Me acompañaron hasta la puerta del coche; todo el trayecto hasta ese lugar lo hicimos en silencio.

Antes de abrir la puerta del coche me giré para mirarlos.

— Prometo que estarán orgullosos — expusé con determinación.

— Ya lo estamos —  respondieron al unísono.

No pude sostener la mirada, porque aprecié que sus ojos comenzaban a inundarse y no quería marcharme con la imagen de ellos llorando. Me gusta recordarlos serenos y  con semblante fuerte.

Al entrar al coche el joven me saludó y me explicó que serían algunas horas de viaje, que podía dormir si así lo deseaba. Al principio me rehusé quería estar pendiente, pero poco a poco mis ojos fueron perdiendo la fuerza y se cerraron.

— Señorita, hemos llegado — anunció el joven.

Mierda, dormí demasiado” — me pasé las manos por el rostro para verificar discretamente que no tuviera saliva.

Al bajar del coche me tomé unos segundos para apreciar el panorama. había tres edificios, dos eran de  7 u 8 pisos y uno era más pequeño, quizá solo tenía dos pisos.

— Sé que probablemente me lo explicaran más tarde, pero ¿podrías decirme qué hay en cada uno de ellos? — con mi dedo índice apunté a los edificios.

— Pues no tendrá contacto con nadie hasta el viernes, así que claro que puedo expl…

— ¿Cómo que no veré a nadie? —  cuestioné sin dejarlo terminar de hablar.

— Es una medida que se toma para evitar que los que llegan antes tengan ventaja sobre lo que llegan después — explicó con tranquilidad, mientras bajaba mi enorme maleta.

— Me parece una medida absurda — resoplé — Bueno te interrumpí cuando me explicabas, así que prosigue.

— Este que tienes frente a ti, es el área de descanso, obviamente ahí están sus habitaciones, el edificio contiguo, encontraras el comedor y el auditorio; Ese de allá —  apunto al edificio que estaba al otro extremo — Es el lugar donde entrenan y estudian.

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⏰ Last updated: May 12, 2021 ⏰

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