Capítulo 1.

12 2 0
                                    

(Miércoles, 27 de febrero)

Estaba sentada junto a mi abogada en un juzgado.

Nunca hubiese creído que me encontraría en esta situación: Mi ex novio esposado con un uniforme naranja del reclusorio en el que lo habían puesto en prisión preventiva, junto a su abogado defensa y varios guardias que lo custodiaban. Yo, al otro lado de la sala, todavía con golpes y cicatrices por todo mi cuerpo, junto a mi abogada y un par de guardias cuidándome, esperando su sentencia.

Jerard había sido acusado de varios cargos: Posesión ilegal de armas, maltrato físico, abuso sexual e intento de homicidio en primer grado.

- Los rastros de sangre hallados por toda la casa pertenecían a la señorita Caroline.

- Doctor. ¿Hay alguna prueba de que hubiese sangre de Dotter en la casa por los ataques o forcejeos que presuntamente tenía con la señorita Caroline?

- No. La sangre hallada en la casa era únicamente de la señorita Caroline.

El juez asintió.

- Gracias por su testimonio.

El forense bajó del estrado y en su lugar, un testigo subió escoltado.

- Señor Pattrickson, lo escuchamos.

- Jerard constantemente mencionaba que mataría a Caroline si se daba cuenta que le era infiel.

- ¿Alguna vez el señor Dotter le mencionó como la mataría de darse cuenta de que ella le era infiel? - Preguntó el juez.

- Sí.

- ¿Puede decírmelo?

- Dijo que tenía escondida un arma en casa.

- ¿Algo más que declarar?

- Jerard es muy violento.

- Señor juez. - interrumpió el forense que bajó anteriormente del estrado.

El juez asintió.

- El psiquiatra que examinó al acusado dictaminó lo mismo. Según el informe, Jerard es alguien inestable, presenta TLP y celopatía, como agravante, es extremadamente violeto.

- Entonces, según dice, ¿Podríamos asegurar que el testimonio es verídico?

- Sí, su señoría.

- Bien. Señor Pattrickson, gracias por su testimonio, puede salir de la sala.

El testigo asintió, se levantó y salió escoltado por un guardia.

- Señor Dotter, ¿Es cierto que usted tenía una arma en casa?

- Sí, su señoría.

- ¿También acepta y confirma lo que atestiguó el señor Pattrickson?

- Sí.

- Señor Dotter, me gustaría hacerle otra pregunta. - Inquirió el juez.

- Dígame, su señoría.

- ¿Qué opina de los cargos por los que se le acusan?

Jerard soltó una carcajada.

- Me parecen una estupidez. - Dijo serio después de terminar de burlarse.

Sentía ira e impotencia, quería gritarle, pero la defensa podía usarlo en mi contra.

- ¿Quiere darme su opinión acerca de porque le parecen una "estupidez"? - Inquirió el juez una vez más, haciendo comillas en esa última fase.

Mía.Where stories live. Discover now