Capítulo 9

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Misterio


3 semanas.

3 semanas habían pasado y aún no sabía nada de Dexter, varias veces fuí a su casa y su madre siempre me decía lo mismo: está enfermo.

¿3 semanas enfermo?

¿De que podría estar enfermo?

Aún así quería verlo, una extraña sensación en el pecho me exigía verlo, intercambiar miradas y perderme en sus intensos ojos azules que me electrizaban cada vez que lo veía.

¿Pero por que estoy pensando esto?
No me puede gustar.
Bueno, ¿para que me engaño?
No es que me guste, solo... es lindo, nada más.

A pesar de que lo conozco hace poco, y no nos hemos visto muchas veces, lo extrañaba.

Decidí salir e ir a su casa a buscar respuestas, a ver que era lo que estaba pasando. No puede ser que halla estado enfermo 3 semanas y nisquiera me halla contestado los mensajes, era bastante raro.

Agarré mi abrigo y me dirigí hasta su casa.

Queda en frente de la mía así que llegué bastante rápido, al llear toqué, dos veces, esperando a que saliera su madre a decirme lo mismo de las ultimas tes semanas.
Pero no fue así como sucedió.
Esta vez no era su madre la que me abrió la puerta. Fué el. Dexter.

Estaba ahí, frente a mi mirandome con esos ojos profundamente azules, que transmitían...¿nada?, no podía entender su mirada, la veía y no veía nada.

-Hola-Pronuncié en un tono, como diciendo ¿que mierda te pasaba que no podías contestarme ni un solo mensaje en estas 3 putas semanas?

-Hola Elizabeth.

Mi nombre, siempre que decía mi nombre algo en mi se encendía, tenía debilidades y esa definitivamente era una de las mas notorias.

-¿Que te pasaba?- Solté rápidamente.
-¿Por que no contestabas mis mensajes?-Las palabras salieron de mi boca repentinamente ¿Que enfermedad era la que tenías que no podías salir?

-¿Esto es un interrogatorio?

-No, claro que no. -Solo quiero saber por que estuvistes 3 semanas sin contestarme los mensajes, ¿que tan enfermo estabas, Dexter?

-¿Que tanto te interesa, Elizabeth?

Ahí lo tenías, otra vez, tocando esa debilidad que el sabía que me producía al decir mi nombre.

-No es que me interese solo...
-No pude terminar por que me interrumpió.

-Ven, pasa.

Me adentré en su casa sin decir ni una palabra más.

***

-¿Chocolate?-Preguntó, ofreciendome una taza con el líquido marron, que disparaba humo hacia arriba.

-Claro, gracias. -acepté.

-Disculpame.
-Disculpame por no heber contestado tus mensajes, y no haber salido cuando venías, y... también lo siento, por lo que pasó el día que te fuiste de mi casa, ya sabes, cuando me enojé y te pedí que te fueras.

En ese momento no me acordaba de eso, era como si no hubiese pasado.

-Está bien, -Asentí dándole un sorbo a mi taza de chocolate

-Es peligroso.

Me quedé perpleja ante lo que había dicho

-¿Peligroso? ¿Que cosa? ¿ De que estás hablando?

Almas de Fuego  libro 1 y 2                (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora