Capítulo 2🎆

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"Ya no me necesitas es lo mejor
Eras alguien a quien yo solía conocer
Fue muy simple despegar
Solo un corto tiempo
Y te buscaste un nuevo corazón"

Karaoke - Gustavo Cerati
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Sus hijos ya eran grandes, la mayor era Claire con 17 años y Michael, el menor, con 16. Ellos eran fruto del amor que se tuvieron todo el tiempo que estuvieron juntos, casi 25 años. Así mismo fueron criados, con una familia que chorreaba amor por donde fuese que se la mirase. Solían salir a pasar los fines de semana, yendo a lugares como el campo, el río a jugar a las cartas, sentarse a charlar alrededor de una fogata y dormir en carpa, manteniéndose como una familia unida.

Los problemas comenzaron a surgir a los 18 años de casados, ya con 39 y 41 años. Las discusiones comenzaban a agravarse y a durar días e incluso semanas sin hablarse. En un primer lugar discutían por cosas sin sentido pero luego el nivel de seriedad aumentó, estando constantemente en el juego el orgullo de ambos provocando que en ciertas ocasiones ni se mirasen.

Todo empeoró cuando Tyler no llegaba a casa o si lo hacía muchas veces se encontraba bajo la influencia del alcohol, no saludaba como lo solía hacer, cenaba y se iba directamente a la cama y al día siguiente ignoraba las preguntas de su esposa.
Anne sabía lo que pasaba, había estado hablando con Adrien, amigo de ambos y compañero de trabajo de Tyler. Una nueva muchacha había llegado a la empresa y Adrien le había contado que algo sucedía entre ella y el pelinegro. Decidió contárselo a Anne, pensó que merecía saberlo, su amigo estaba muy fuera de sí, se encontraba muy dolido por lo que ocurría en la relación y los tres lo sabían. Por su parte, la castaña también lo estaba pero su reacción ante el dolor era muy distinta. Ella descomprimía ese dolor mediante lágrimas, acostada en su cama tapada hasta la nuca, abrazando una almohada y muy rara vez recurría al alcohol.

Cierto día Tyler llegó a la casa temprano y más importante: sobrio. Dejó las cosas que usualmente llevaba y entró a la cocina para buscar algo para comer, vio a Anne sentada en silencio. Sabía que ella pretendía ignorarlo pero la realidad es que ella tenía todos los sentidos más alertas que nunca. El estado de sobriedad le permitió saludarla y no pudo evitar notar la sorpresa que había recorrido el cuerpo de la castaña, el mismo no había sido suficiente como para que esbozara una sonrisa, pero si como para que levantara la vista y lo mirase a los ojos.

-Tyler, es de mi parecer que tenemos que hablar- esbozó seriamente

El pelinegro agachó la cabeza, sabía que cada palabra que estaba punto de decir estaba pensada más de una vez cuando hablaba de manera tan formal. Estaban a punto de enfrentar una verdad que los destruiría.
No dijo nada y dejó que continuara

-Muchas cosas han cambiado y no para bien. ¿Qué pasó con esas personas que parecían que se habían puesto de novios hace meses pero en realidad estaban casados hace 8 años y con 2 hijos? ¿Qué pasó con esas personas que hablaban de todo? ¿Qué pasó con las personas que salían todos los fines de semana al campo? ¿Qué pasó con nosotros? -hizo un silencio antes de continuar- ¿Qué pasa con vos?

-Muchas cosas han estado pasando estos últimos meses, especialmente entre nosotros. Me encuentro muy distante porque estoy dolido, me duele demasiado lo que ocurre entre nosotros; no puedo y no quiero creer que estamos cambiando, siendo que por más de 20 años hemos sido unos tortolitos -Anne sonrió al escuchar las palabras y recordar todos esos años, pero esa sonrisa no duró mucho al recordar la distancia que los separaba. Continuó en silencio-

-Tengo algo que confesarte


Lo que en mí dejaste Where stories live. Discover now