Capítulo 1

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Los motores rugen con fuerza, observa a sus hombres, algunos rezan, otros tienen los ojos fuertemente cerrados, las respiraciones alteradas y las palpitaciones a mil por minuto. Directos hacia una muerte segura, eso es lo más probable. A ciegas. Si se sobrevive al aterrizaje los suministros en comida y agua, durarían un mes aproximadamente. Cada uno lleva un arma preparada, más otras dos armas cada uno de repuesto con una munición escasa.

Si la nave, y ellos, superan el descenso hasta llegar a tierra firme, nada más abrir la escotilla de salida la radiación podría entrar y afectar gravemente,  unos posibles minutos de vida.

Las probabilidades están todas en contra.

Pero son soldados.

Entrenados para esto. En duda esta que fuese exactamente para bajar a la tierra. Pero sí para proteger a su comunidad, y ahora, con la tasa de natalidad que sube constantemente, la vida en la nave es casi imposible. La superpoblación, hará que en futuro deba haber una reducción, y eso significa muerte de inocentes, nada más. Es triste, pero es así.

Los microchips insertados en sus cuello determinarán el éxito o el fracaso de la misión. Dando la señal a la LEYSHA de que  vida, o muerte.

Kayden desearía ser creyente para poder rezar a un Dios ahora mismo, pero están siendo dejados a su suerte, no hay un Dios protector y benevolente ahora mismo, no hay nada que venga a salvar a los catorce hombres dispuestos a morir por la LEYSHA. Quedan escasos minutos.

Los cinturones y amarras que los sujetan a los asientos no impiden que los cuerpos noten la inexistencia de gravedad.

-          - 30 segundos para cruzar el campo.

El campo, así es como los científicos llamaron a la línea entre espacio y zona terrestre. Gravedad. Y después de esto, solo quedarán unos 20 segundo hasta aterrizar en suelo desconocido.

-          - 20 segundos.

En cincuenta segundo se pisará la tierra.

-          - 10 segundos.

-          - Vamos allá señores- grita Stewart.

-          - Tengo que decirlo señor- se dirige Mike hacia Kayden-  Estoy acojonado.

Se escuchan risas tensas alrededor, Kayden fue quien escogió a estos hombres, entre un grupo de voluntarios. Pero ¿les dirije hacia su muerte?

-        -  Cruzando el campo.

Nada más terminar la conexión, el calor aumenta, la nave se zarandea,  agarran con fuerza a las sujeciones aunque parece que no sirve de nada. El movimiento y los sonidos son claustrofóbicos, el sentimiento de impotencia predominando en el interior. El desconcierto y el tesón por una nueva vida. Parece incluso que que el aire deja de entrar en los pulmones de los hombres por el nerviosismo. El entrenamiento, nunca llegó a estos niveles. EL aire se torna tan caliente que las respiraciones se hacen dolorosas.  

-       -   ¡Jackson!- grita Paul.

-          -¿Qué mierda quieres ahora capullo?- le grita el aludido.

-       -   Esto es más emocionante que follarte a Maggie.

Las risas ya no son tan divertidas, pero así es Finnegan, tratando de eliminar la terrible tensión que aborda.

Ahora mismo ya no son soldados preparados, solo hombres con un futuro nada más que desconcertante.

-          - 10 segundos para el aterrizaje.

-       -    ¡Me cago en la puta de Maggie!- la maldición de Petterson es lo último que se escucha.

La luz roja comienza a parpadear. Esto solo significa, que algo no va bien. Nada bien, el calor, la ignición, podrían destruir la nave el golpe si el freno no es el adecuado.

Y para cuando menos se espera,  tanto las coordenadas como la física de la nave no estaban bien calculadas.

El golpe es brutal.

La pequeña nave rueda, se golpea, tiembla, arde, y solo pueden pensar que este es el fin. 22 años viviendo y formándose como soldado, como dirigente de los hombres que le rodean, todo eso, no te prepara para ver como uno de tus chicos se golpea contra la baranda y cae como un peso muerto hacia delante, dejando un pequeño rastro de sangre en el apoya-cabezas de su asiento.

-          ¡James!- no se sabe quién grita, no entiende cómo puede estar preocupándose ahora mismo por otra persona. Sabiendo que dentro de poco él también podría morir.

¿Eso le hace un mal comandante? ¿Preocuparse ahora por su propia vida? .

Las vueltas han cesado.

Kayde observa a todos y puede decir que no hay más fallecidos. Con el cuchillo  guardado en el  pantalón militar, corta todas las amarras que le sujetan. Corre hacia James, colocándolo en una posición natural y toam su pulso.

-          ¡Desataos! ¡Tiene pulso!- Busca frenéticamente el botiquín de primeros auxilios, lo tumban en el suelo de medio lado sujetándolo para que no vuelque. Jackson, el más preparado para situaciones médicas me arranca el maletín de las manos y comienza a trabajar en un James inconsciente.   Limpia la herida y la cose.

-        -  Está bien, ha perdido sangre, pero se recuperará señor- me confirma- solo necesita descanso y alimentarse bien cuando despierte.

Caen en un silencio desolador. Cada uno en sus propios pensamientos.

Solo queda una cosa por hacer.

Abrir la escotilla. 

Ground BloodWhere stories live. Discover now