Capítulo 9

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Laris trató de ser fiel a la realidad. Pero ahora mismo, había demasiado en su mente. La llegada de catorce hombres, con la posibilidad de que llegasen aún más. La reunión del Tribunal en diecisiete días. Y la actuación de su segundo al mando, totalmente desaprobada por el pueblo y por ella misma.

Las dudas sobre estos nuevos hombres no habían hecho nada más que comenzar. Trataría de darles el mayor número de posibilidades para que pudiesen tomar una decisión basada en la razón. Personalmente, Laris les aconsejaría directamente su estancia continuada con ella y su territorio. Sería la única forma de que saliesen con vida de todo esto. Pero necesita primero una decisión, y luego el consejo de todos los hombres y mujeres que le rodean.

-        -  Laris- Teska entra en su habitación, supone que Kayden se encontrará con sus hombres explicando y narrando su conversación- La cena se realizará en una hora, pero el pueblo pide explicaciones del trato que recibieron los soldados antes de su llegada por parte de FIlem.

En silencio, asiente e inspira profundamente. Sabía que su gente pediría una sentencia popular. No era la primera vez que Filem actuase de forma impulsiva, en contra de los valores y la moral de los Lumai. Si ella hubiese sido su madre, su segundo al mando habría pasado el título a otro soldado. Por obligación, sin embargo, ella no era su sabia madre, había ofrecido demasiados indultos.

-          -Dentro de diez minutos Teska, todos en la plaza por favor.

Con una elevación de la cabeza, su amiga y consejera se aleja de ella para dar la noticia.

-          -Teska, quiero que todos hablen en inglés, para que los soldados comprendan. Y diles a estos que estén en el segundo escalón.

-          -Por supuesto.

Una vez sola, Laris observa su cuerpo desnudo frente al gran espejo. Su tatuaje colmando su mente de orgullo. Recoge la delicada tela blanca, la retuerce en sus caderas, haciendo una larga falda. Con dos nudos por cada frente de sus caderas ata dos telas doradas en forma de cruz por la espalda, tapando solo sus pechos y dejando ver desde su ombligo hasta su cuello. Las flores y enredaderas marcadas en plata y violeta contrastan con su piel morena, dándole una belleza inimaginable. Su pelo rubio, bañado por el sol esta noche, cae en cascada tras su espalda, y una corona de flores blancas y violetas resalta sobre su frente.  

Cuando era pequeña, su padre, el segundo al mando de su madre, y esposo de esta; siempre le dijo que su incalculable belleza haría en un futuro, que su mandato no fuese del todo aprobado al principio. Que podría dar una imagen de vanidad. Al igual que su madre. Pero Laris no tardo en demostrar su amor al pueblo, así como su sabiduría y su moral y ética. Moriría por cualquier persona de su territorio. Y su pueblo le amaba, sabía que ellos también morirían por ella. Y eso, le asustaba.

Con paso decidido, sale de su casa con Lornia y Marentis guardando su espalda. Al llegar a la plaza de su territorio comprueba que toda su gente esté aquí, al igual que sus soldados, entre los que se encuentra Filem, sus mujeres. Y los catorce hombres liderados por Kayden, que la observan muy a fondo. Los últimos se encuentran sobre los tres peldaños del consejo, en el segundo más alto, en el primero sus mujeres, vestidas con azul, y en el más alto Teska, esperando que ella suba.

Lornia y Marentis se posicionan a cada lado de los peldaños en la arena. Laris sube, siendo perseguida por la mirada de todos os que allí se encuentran. Al llegar junto a su amiga, es recibida por una sonrisa y una inclinación de cabeza, la cual odio viniendo de ella. Como su más fiel e incondicional amiga, no debería hacer eso. Pero como Teska dice; se lo dice el alma, y le sale del corazón.

-          - Lumai- dice enfrentándose a su pueblo- Hoy habéis hablado. Y siempre os dije que escucharía- el silencio colma a todos los presentes. Con un intento de relajarse a si misma, Laris inspira profundamente y continua- Hace ocho años, fuimos atacados. Nos quitaron a nuestro líder, a nuestro segundo al mando, nuestros guías. Nos los arrebataron sin contemplaciones, pero lo más doloroso y es un sentimiento que compartimos fue quien lo hizo. No solo me dejaron a mi sin mis padres, también lo hicieron con vosotros. Pero fui cuidada, no abandonada. Y eso es todo gracias a vosotros. Todo esto sucedió cuando yo apenas tenía catorce años cumplidos, los ancianos se hicieron cargo del liderazgo y yo fui enviada a los distintos territorios aliados para aprender. Pero siempre con algo certero en mi mente, la moral y la ética con la que fuimos educados y por lo que hemos llegado aquí a día de hoy. Vosotros me salvasteis, vosotros salvasteis a los Lumai, gracias a vosotros hoy somos quienes somos.

Los aplausos y los vítores comienzan, la alegría y la añoranza, por todas las dificultades que sufrió no solo ella, si no todos juntos, como familia. Por su ayuda, sus ánimos y su devoción.

-        -  Sin embargo, hoy no estoy aquí, dirigiéndome a vosotros de forma oficial para agradeceros por todo lo que hicisteis, hacéis, y espero seguiréis haciendo. Hoy habéis sido vosotros quien decidisteis poner un punto y aparte- Laris dirige su mirada hacia su segundo al mando- Filem- anuncia mientras este da un paso al frente de la multitud- Hoy has cometido un error. Otro- sus miradas se conectan y puede ver el rencor y el miedo que fluye de su cuerpo hacia ella- No es el primero y he sido benevolente. No tenemos castigos, porque no son necesarios, nunca lo fueron. Pero esto, ha sido el final. Ha sido la gota que colma el vaso. Has puesto en peligro la vida de un hombre, ya sea Lumai o no. Has actuado a través de tus impulsos contra un grupo desarmado, provocando graves daños a un hombre, que podría encontrarse luchando por su vida ahora mismo de no ser por nuestros curanderos- dice mientras dirige su mirada hacia Finnegan, el hombre que llego herido por la lanza de Filem, que ahora se encuentra sentado, pero visiblemente en recuperación.- Has actuado en contra de nuestra moral y nuestra ética, por segunda vez…

-         - ¡Son invasores, desconocidos! ¡Y TU LES ESTAS PROPORCIONANDO ASILO!- es interrumpida por su segundo. Tras estas palabras el disgusto emana de los Lumai, contradice sus normas, y se enfrenta públicamente a su líder.

-          -¿No debería dárselo?- pregunta ella.

-       -   Tu familia ha sido nuestra líder, siempre, desde que este territorio tiene conocimiento. ¡Y ellos mismo causaron lo sucedido hace ocho años!- se gira para dirigirse al pueblo. Es un enfrentamiento contra Laris en toda regla. Y ella lo sabe- Por su culpa murieron inocentes, murieron niños, masacrados por ¿Quién? ¿Lo recuerdan?.

-          - ¡FILEM! Estas complicando esto cada vez más.

-          -¡NO! No, me niego a esto, si quiera nos diste una venganza.

-         - No actuamos a través de la venganza- Filem, se está metiendo en terreno peligroso. Y la multitud no está con él, están enfadados por el enfrentamiento que supone contra su líder. La lealtad en su comunidad es innata. El amor a la familia líder es constante y el apoyo siempre estará ahí, porque aunque pudo haber momentos en el que las situaciones podrían haberse llevado mejor. Siempre se hicieron desde el corazón y la razón.

-          - ¿Estas poniéndote a ti mismo en contra de nuestro líder?- pregunta un hombre del territorio.

-          - Por supuesto, solo tiene veintidós años, es obvio que no sabe manejar a nuestro clan.

Eso último es una daga en el corazón de Laris, y en el de todo su pueblo. Los abucheos, el desprecio, los alaridos de odio comienzan a resonar en la plaza.

-         -  ¡BASTA! Filem, eres relevado de tu puesto como mi segundo al mando- sentencia Laris.

-          - ¡No puedes dejarlo así!

-          - ¡Exigimos el castigo!

-          - ¡Debe ser desterrado!

-          - ¡No queremos a un hombre así en el pueblo!

-          - ¡Es peligroso!

-         -  ¡Está yendo en contra de nuestros principios!

-          - ¡La calumnia a nuestra líder merece del castigo!

-          - ¡CASTIGO!

-          - ¡A LA CRUZ!

-          - ¡CASTIGO!

-           - ¡CRUZ!

Hombres y mujeres buscan una sentencia justa. Lornia y Marentis se posicionan a ambos lados de Filem, apuntando sus armas hacia él. La madre de Laris hubiese hecho justicia nada más salir las palabras de su segundo, no, no hubiese aceptado dar una segunda o tercera oportunidad. Si ella hubiese sido fuerte en su momento, esto no estaría pasando ahora mismo. Pero el pueblo no olvida los errores de Filem. Y quieres el castigo.

-         -  ¡CASTIGO SERÁ!- Declara finalmente.  

Ground BloodWhere stories live. Discover now